Ella - El.
Fecha: 06/09/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... dulce salió de entre sus rosados labios, y me hizo sentir mejor. __ Sabes, te observé desde la ventana. Debo decir que me apena el haberte espiado, pero me atrevo a decir que sentí un deseo inmenso por pasearme entre tu cuerpo. Disculpa si soy directa, pero tu belleza me hace sincerarme para contigo. No, no te apenes niña mía, yo jamás te pondría una mano encima si ambas, tu tía y tú, no están de acuerdo. Después me refirió cómo había conocido a mi tía, y el tiempo juntas. Su voz me agradaba, y su cuerpo bien formado ciertamente me atraía, pero evidentemente mantenía una distancia para con ella, por mera cordura, más que por falta de deseo. Yo estaba ahí, esa tarde de sábado, vestida con un vestido floreado strapless, y calzando unas zapatillas tipo suecas color azul. Lorena, me había formado mi pelo caído, en un bello peinado, de modo que mi cuello delgado y blanco, se veía libre. Un ornamento a modo de sujeta cabello, dejó mi pelo en una bella forma holgada. __ ¡Te ves hermosa! – dijo Lorena, mientras me enseñaba su resultado en un espejo que extrajo de su bolsa. Sonreí, al observar el resultado, y agradecí a Lorena. Entonces, apareció mi tía. Me pregunté interiormente, porque llevaba puesta una larga cazadora hasta las rodillas, pues le ocultaba todo el torso. Claramente vi que llevaba unas botas altas y ceñidas, y me pregunté si le llegaban a los muslos. Extrajo de uno de los bolsos de su cazadora un pequeño bultito y noté que eran un par de guantes largos de látex ...
... negros, de esos que llaman de ópera. Tomó mi celular, y mirándome sonriente, me dijo que si tenía planes, como así era, que los cancelara. Antes hacer dos o tres llamadas, mi tía dijo a Lorena, que me llevará. Supuse yo que sería a dar alguna vuelta, o pasear por ahí. Pero justo tras cancelar mi salida, Lorena me sujetó de las manos, y sonriendo dijo: __ ¡Ven preciosa! Y cómo una novia, me llevó al interior de la casa donde se ocultaba un aposento siempre bajo llave. Ya mi tía lo había abierto, y algo dentro de mí, como mil mariposas revoloteando en mi estómago, me hacía sentir una extraña mezcla de deseo por lo desconocido. Entonces, observé aquel cuarto. Iluminado por blancas luces, vi que era un sitio donde mi tía claramente disfrutaba sus secretos placeres. Con seguridad que usaba aquel sitio cuando yo no estaba. Había junto a las paredes, un diván, fotografías de sensuales damas en finos marcos, pero lo que me asombro al máximo, fue una vitrina donde se encontraban estrictamente en orden, una gran variedad de objetos sexuales. Pero esto aunque me supuso una fuerte impresión, lo que me dejó atónita, fue la figura de mi tía. Ahí de pie, enseñaba su figura sensual. Vestía un corsé negro fino de cuero muy ceñido, y sobre el cual se alcanzaban a apreciar la mitad superior de sus blancos pechos y sus pezones casi del color de la arena tostada. Sus largas piernas, se ocultaban en aquellas botas de vinyl altas a medio Muslo cómo lo había supuesto. Sus brazos tenían ya ceñidos los ...