Mi profesora de Yoga (Parte I)
Fecha: 15/05/2019,
Categorías:
Dominación
Infidelidad
Autor: Sr. R, Fuente: CuentoRelatos
... que guardé como "Paola YOGA". Al llegar a mi casa, entré a Facebook y me puse a stalkear a Paola. No me costó encontrarla ya que la busqué por el número de teléfono. Llevaba tres años casada, había hecho un viaje a la India, era fotógrafa y en sus tiempos libres profesora de yoga. Tenía algunas fotos practicando con poca ropa al aire libre, guardé algunas en el celular y me dormí. Ese jueves llegué 10 minutos más tarde, no me acordaba de la dirección y me había metido por la calle equivocada. La clase ya había comenzado y había alrededor de ocho mujeres dentro de la sala. Entré de la manera más silenciosa que pude e instalé mis cosas en un rincón que estaba desocupado. Paola dictaba las clases en una plataforma que estaba al centro de la sala. Era la primera vez que practicaba yoga y mi cuerpo lo sabía, terminé cansado y muy adolorido. La clase duró alrededor de una hora y media. Al terminar, las demás chicas ya se habían ido, a mí me costaba mucho guardar el mat en el estuche (colchoneta que se usa para la práctica). Aún me encontraba en la sala de estar y la clase ya había terminado hace 20 minutos. -Llegas a la hora que quieres y te vas a la hora que quieres- dijo Paola desde la puerta de la sala de estar, donde me encontraba guardando mis cosas. -Sí, perdón. Me costó llegar a la escuela y no sé cómo guardar esto.- le dije, un poco nervioso. Paola llevaba un pantalón pescador blanco, que hacía que sus nalgas levantadas destacaran aún más. Se acercó entre risas y me ayudó a ...
... guardar el mat. Al agacharse se le notaban más las tetas y eso me excitaba demasiado. -¿Te gustó la clase? ¿Cómo te sientes?- me preguntó, mientras cerraba el mat. -¡Muy bien!, me duele un poco el cuerpo, porque nunca había hecho esto, pero me siento muy relajado.- respondí. -¿Sí? ¿Dónde te duele? A ver, ven.- Me tomó del brazo y me hizo pasar a la sala.— Eso es normal en las primeras clases, así que no te preocupes. Una vez dentro, sentía que el pene se me iba a salir del buzo con lo duro que estaba. -Siéntate no más- me decía mientras se tomaba el pelo. – Sabes, no es común que los hombres practiquen yoga, de hecho eres el primero que se inscribe en la escuela. Se puso detrás de mí, yo le señalaba el punto donde me dolía y ella comenzaba a masajear de forma lenta. Me relajaba mucho, pero tenía la respiración agitada de la excitación y la idea de estar solo con ella me prendía más. -Sácate la polera, me incomoda un poco poder masajear esta parte.- me pidió. Estuvo unos cinco minutos masajeando la zona lumbar, donde más me dolía.— Saliste tan apurado que se te quedó el celular aquí en la sala, y por cierto, tengo fotos mucho mejores que esas. Quedé en estado de shock, se me había quedado el teléfono en la sala y ella lo había revisado. La respiración se me cortó unos segundos, tragué saliva, sin saber qué decir. Su mano se fue hacia delante, y me comenzó a masajear el pene por encima del buzo. -Se te pone muy dura, no he dejado de mirártela desde que llegaste.- Metió la mano ...