1. El culo mas deseado de mi vida


    Fecha: 13/05/2019, Categorías: Sexo Duro Autor: pepitito, Fuente: xHamster

    Me acerqué a ella y tomándole la mano quise expresar mi condolencia pero ella sollozando profundamente se apretó a mi pecho abrazándome. Estuvimos así unos instantes que me parecieron eternos porque mucha gente nos miraba. Antes de separarnos alcancé a murmurar en su oído…lo siento mucho…Nunca me gustaron los velorios, pero en éste me propuse aguantar un rato largo. Antes de retirarme, al saludar a la viuda le dejé una tarjeta personal indicándole que quedaba a sus completas órdenes por lo que pudiera necesitar.La escena que relato sucedió en el velorio de Juan José, el frutero del barrio que había fallecido luego de una larga enfermedad de más de un año, dejando solos a su esposa Griselda y una nena de seis años.Mi familia era cliente de ese comercio desde hace muchos años, y yo seguía con la rutina. Soy un solterón de más de 40 años que vivo solo en una casa cercana.Desde joven me gustaron las mujeres de todo tipo y color, aunque mi pasión siempre fueron las que exhiben culos apetecibles. Estos, a mi entender son aquellos que con independencia del tamaño, son redondos, empinados y resaltan en la silueta. Griselda es una de esos ejemplares que me había vuelto loco desde hace tiempo. Es morocha de ojos verdes y algo gordita, pero lleva unas tetas y un culo soberbios en un cuerpo parejo. Es decir, un par de kilos demás pero bien distribuidos.Después de unos días del suceso, recibí para mi sorpresa porque no la esperaba, una llamada de Griselda que me pedía el favor de pasar ...
    ... por su comercio. Intrigado y ansioso, pero también interesado, acudí a la cita. Con un rostro demacrado y con ojeras, signo del momento que estaba pasando, con gestos de sincera vergüenza me pidió prestado un dinero para pagar deudas que el finado había dejado. Se trataba de una suma nada despreciable pero que estaba a mi alcance.Cuando le manifesté que accedía a su pedido, me abrazó y dándome un beso en los labios, me lo agradeció. Como se podrán imaginar me quedé sorprendido y no atiné a reaccionar, aunque no me pareció prudente aprovecharme por la situación que ella estaba pasando, así que dejé pasar la ocasión no sin antes intercambiar miradas sugerentes.Al día siguiente y con el dinero en mi poder, la llamé para preguntar cómo se lo hacía llegar. Me citó a la hora en que cerraba su negocio. Puntualmente a la hora indicada estuve allí con el dinero. Como había otras personas, se lo entregué discretamente sin mayores comentarios.A todo esto, yo seguía concurriendo esporádicamente al negocio para hacer mis compras. Siempre me recibía con mucho afecto y más de una vez, con algún beso.Pasó el tiempo, pero no mi interés por Griselda. Ya se había transformado en una obsesión. Soñaba con ese culo y lo veía de mil formas. Todas me gustaban, pero al despertar me preguntaba si alguna vez mi sueño se haría realidad y si el objeto deseado no me produciría decepción.Como a los tres meses de producidos los hechos narrados, recibo nuevamente en mi celular una llamada de Griselda. Esta vez ...
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