Camila y el baño del boliche - Relatos Eróticos

Camila y el baño del boliche

... sacándoselo de encima y diciéndole que no quería seguir con lo que él quería hacerle…Pero el tipo no se iba a dar por vencido tan fácilmente. Tomó a Camila otra vez entre sus brazos, llamándola “puta”…En ese momento decidí intervenir; tomando a ese idiota por los hombros y lanzándolo fuera del pequeño cubículo donde tenía arrinconada a Camila. Pude comprobar que el efecto del alcohol había mermado su capacidad de reacción y no atinó a defenderse.Lo llevé a empujones hasta la puerta logré que saliera para no volver.Regresé junto a Camila, que me miró agradecida y se abrazó a mi cintura. Le pregunté si se encontraba bien y ella, mirándome a los ojos, comenzó a acariciar mi verga por encima de mis pantalones…En un primer momento me quedé perplejo y alcancé a preguntarle si se había vuelto loca. Camila sonrió y me empujó otra vez dentro del mismo cubículo donde la mantenía encerrada ese pibe.Mientras yo intentaba decir algo en mi perplejidad, ella se acuclilló frente a mí y me tironeó de los pantalones, bajándolos hasta mis rodillas. Tomó mi pija, que seguía bastante erecta después de ese breve rato con Ana en el callejón y se la llevó a su dulce boca.La humedad de sus labios rojos casi me hizo acabar en ese momento. Pero traté de aguantar todo lo que me fue posible.Camila me miró a los ojos y se metió mi dura verga entre sus delicados labios. Comenzó a jugar con su lengua. Entonces empezó a chupármela muy despacio. Se la metía y la sacaba una y otra vez de su boca, mientras ...

... que con su mano acariciaba la base de la verga.Eso me estaba poniendo a mil; ni siquiera Ana me la chupaba así…Estuvo unos cinco minutos así hasta que le dije que casi estaba a punto de acabar. Entonces Camila se puso de pie, me dio un rápido beso en los labios y rápidamente se volvió de espaldas a mí.Ya no pude resistirlo más y entonces tomé la iniciativa.Le subí la minifalda hasta la cintura y le bajé la tanga hasta los tobillos.Acaricié suavemente sus labios vaginales, comprobando que su concha ardía y estaba completamente empapada con sus jugos.Entonces tomé mi verga y la acerqué a su vulva. La restregué un rato por toda esa hermosa raja y después le metí solamente la punta.Camila suspiró suavemente y giró su cabeza para decirme que ya estaba lista para recibir mi verga; que la quería bien adentro…Ya no la hice esperar más: empujé en un solo envión y se la metí hasta el fondo. Entró con toda facilidad y yo me quedé unos segundos quieto; disfrutando sentir que su concha apretaba mi dura pija…Luego comencé a bombearla con un buen ritmo, mientras acariciaba sus redondas tetas y le besaba y lamía el cuello y la nuca…En menos de cinco minutos sentí que estaba por acabar, pero apenas se lo dije a Camila, ella gimió con mayor potencia, gruñó, pataleó, se estremeció y finalmente acabó con un agudo alarido…Eso fue el detonante para mi calentura de esa noche. Sentí una especie de corriente eléctrica recorriendo mi cuerpo y entonces acabé dentro de Camila, llenándole la vagina con mi ...