1. Tratada como una verdadera perra


    Fecha: 02/05/2019, Categorías: Anal Primera Vez Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Esa tarde regresaba del supermercado cargada de bolsas y, al cruzar por la plaza a un par de cuadras de mi casa, decidí sentarme un instante a descansar mis brazos de tanto peso.Estaba tranquilamente disfrutando del paisaje alrededor, cuando un enorme perro estilo ovejero alemán se me vino encima, ladrando como loco.Intenté defenderme levantando mis brazos, pero fue peor. El bicho se sintió atacado y entonces alcanzó a darme un tarascón en mi pantorrilla, desgarrando apenas la piel.Segundos después llegó corriendo su dueño, preocupado por mi estado y pidiendo perdón por su descuido en dejar suelto a su perro.Era un tipo de edad mediana, bastante apuesto. Me dijo que su nombre era Gerardo y que su perro Bronson era normalmente muy apacible.Era verdad; allí estaba el bicho sentado a mi lado, mirándome con amor y con una apariencia totalmente inofensiva.Mientras Gerardo hablaba, comencé a fijarme un poco más en él. Tenía los ojos verdes, un cuerpo atlético y una voz sensual, bastante profunda.Me invitó a su departamento, que quedaba frente a esa plaza, para convidarme un café y ver si podía curarme la lastimadura que me había hecho Bronson. Acepté encantada; de paso, me ayudaría con mis pesadas bolsas del supermercado…A esa altura el susto por el ataque del perro se me había pasado y algo me decía que su dueño podía ofrecerme algo interesante. Yo no tenía apuro en regresar a casa, estando mi esposo de viaje fuera de la ciudad…Me llevó a su departamento, ubicado en el último ...
    ... piso y fuimos directamente a la terraza, donde había unas muy cómodas reposeras. Me tendí allí y Gerardo enseguida trajo un botiquín de primeros auxilios. Me hizo arder la herida con algún líquido que vertió, pero enseguida la cubrió con un vendaje. El contacto de sus suaves manos con mi pantorrilla me provocó una ligera excitación. De repente me sentí humedecida…Me ofreció un gin tonic y acepté encantada. Mientras conversábamos, me di cuenta que había cierta mirada de deseo en sus ojos.Finalmente Gerardo ya no se pudo contener más y me espetó de golpe:“Estás buenísima, Ana, me dejarías echarte un polvo antes de irte…?”Casi me atraganté con mi copa, pero sentí que en ese instante mi concha se humedecía del todo y, sin casi pensarlo, acepté la mano que me ofrecía para llevarme a su habitación.Sin demasiadas vueltas, me quitó el vestido, me bajó la tanga hasta los tobillos y me empujó sobre la cama. Me hizo colocar en cuatro y sin perder tiempo me la metió desde atrás. Me embistió con su verga que tenía un tamaño bastante considerable. Me la metió hasta el fondo, haciéndome gemir y jadear a todo volumen. Hacía rato que nadie me cogía así tan duro; ni siquiera mi adorado Víctor…Tuve un primer orgasmo con su verga empalada en mi humedecida vagina. Gerardo lo notó y me la sacó muy suavemente. Se acostó de espaldas y me pidió que yo lo montara a él. Lo cabalgué como una salvaje y pocos minutos después tuve un segundo orgasmo, muy audible, mientras Gerardo me llenaba al mismo tiempo mi ...
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