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El infierno – perversión fatal
Fecha: 02/05/2019, Categorías: Anal BDSM Fetichismo Autor: domsandox, Fuente: xHamster
... laterales como si fueran tan elásticos como la goma mostraron a todos aquellos hombres mi agujerito más intimo ya completamente dilatado y chorreando fluidos producidos por la excitación. Primero introdujo el dedo índice, luego otro dedo entro en el hasta terminar con cuatro dedos de sus gordas manos metidos hasta el fondo de mi coño y moviéndose como si quisiera arrancarme las entrañas girando la muñeca para hacer la cavidad más y más grande.Sin poder explicarlo mi cuerpo temblaba y se convulsionaba involuntariamente. Me sentía cada vez más excitada al verme así totalmente desprotegida, expuesta como un a****l en una feria. Notando que el hombre intentaba vender un producto sexual para el goce y disfrute de unos salvajes que a saber lo que podrían hacerme y sin importarle ni un ápice mi persona. Levanté la cabeza y vi a todos aquellos hombres con sus pollas en la mano frotándoselas, endureciéndolas, mirándome así, atada y vulnerable y sentí placer. Placer por ver aquellas enormes, brillantes y coloradas pollas dirigidas hacia mi.De pronto, alguien puso delante de mi cara una enorme y rugosa polla de goma. El tamaño era desmesurado de largo y de grosor, tanto que no podría existir en la realidad un modelo semejante; dejando aparte aquellas protuberancias que recorrían todo su tallo. La introdujo en mi boca para que la lamiera. Casi no me dio tiempo a saborearla cuando como si se tratase de un puñal me la clavó de un golpe seco en el coño hasta el fondo. Grité de dolor y casi ...
... me desmayé, pero la bruja de las uñas largas estaba allí pendiente de mi para que no me perdiera ni un minuto de conciencia y pudiera darme cuenta de todo lo que me estaban haciendo, así que me apretó los pezones fuertemente como si fueran espinillas para que sobresaliesen todavía más. Ya los tenia a punto de reventar, doloridos e irritados, casi en carne viva, entonces me colocó dos pinzas de tender la colada pero metálicas y volvió a golpearlos para verlos saltar con las pinzas colgando y retorciéndolas brutalmente arrancándome gritos, aullidos, lágrimas y haciendo que por primera vez me rebelase y luchase contra mis ataduras para poder salir de allí corriendo.Mientras las pinzas se me clavaban en la carne, el hombre movía la súper polla de goma dentro de mi; primero en amplios círculos para que mi chocho se abriera más aun y dejando que mis fluidos resbalasen por ella a la vez que me lubricaba; luego sacándola suavemente y volviendo a clavarla con una fuerza brutal con el peso de su propio cuerpo que hacía que a cada golpe de polla me balancease peligrosamente sobre el taburete hacia adelante y estuviese a punto de caerme si no fuese porque la mujer me empujaba hacia atrás por los hombros para que encontrase de nuevo el objeto que con el que me estaban apuñalando el chochin.Las lágrimas de dolor resbalaban por mis mejillas sin que yo pudiese evitarlo para mayor júbilo de mis verdugos y del resto de los asistentes. Los oía jadear a mi alrededor.Pensé que ya no quedaba mucho ...