1. Hago lo que sea por una pija


    Fecha: 30/10/2017, Categorías: Infidelidad Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... los ojos inyectados en sangre dijo: ¡dejala en tetas y mamáselas, pajeala pero no le saques nada! Me entregué a los lametazos del pibe y a los círculos que su dedo hacía en mi entrepierna. Tuve un orgasmo inolvidable cuando la mujer, que había permanecido en silencio todo el viaje, de repente nos mira y dice: ¡qué hermosas tetas bebota! En eso el Piti se baja la bermuda y me dice bajito: ¡limpiame nena! Le lamo el calzón enlechado, los huevos, la pija, el ombligo y subo hasta su boca para que nuestras lenguas se enrosquen como serpientes. Bajo para petearlo obedeciendo sólo a mi sed, acentuando cada estocada en mi garganta, cada escupida, todos los besos y lamidas a sus bolas, hasta que Rodri vuelve a frenar con todo y me ordena: ¡sacate el pantalón villera de mierda! Tuve pena por el Piti porque ya tenía la lechita a punto de explotar en mi cara. Pero Rodrigo no volvió a retomar la marcha hasta que no cumplí con su pedido. Le di mi short a la mujer ni bien me lo pidió, y me agaché para que mis tetas se froten y salten ruidosamente sobre la pija gordita del pendejo. No sé por qué, pero de pronto le quité el slip, lo lamí y bajé un poco el vidrio para arrojarlo por la ventanilla. El Piti puso cara de orto, pero el matrimonio se rió con ganas. Recién entonces reparé que todo lo que nos rodeaba era campo, viento y una cortina de agua cada vez más débil. Vuelvo a comerle la pija al Piti bajo el impulso de las palabras de Rodri. ¡petealo todo flaquita, comele la pija zorra, ...
    ... sacale la lechita, y vos pajeame hija de puta, más rápido! No podía creer que la mujer le pajeara esa pija hinchada y venosa al descubierto con una velocidad y unas sacudidas fatales. No entendía cómo el tipo no perdía el control del auto con semejante cuadro, porque encima la muy puta amamantaba al pibito y le pegaba terribles olidas a mi shortsito. Antes de que lleguemos a un descampado oscuro, vi que la mano de la mujer se nutría de toda la sabia del tipo mientras éste le gritaba que le apriete la pija, que se la sacuda y que le tire el aliento del cigarrillo que ambos compartían en la cara. Eso me puso de los pelos, y más cuando el tipo me gritoneó: ¡neate encima putita, mojame todo el tapizado, y ni se te ocurra sacarte la bombacha porque te vuelo la cabeza de un tiro! Me arrodillé decidida en el asiento con las piernas abiertas, y mientras el Piti se acababa encima en una paja formidable de tanto mirarme, me hice pichí como si no lo hubiese hecho en años. Recién ahí recordé que no meaba desde el mediodía. La mujer me filmaba con su celu, el que sujetaba con la mano reluciente del semen de su marido, y él miraba boquiabierto que mi chorro de pis parecía no tener fin. Entonces llegamos al descampado. El Piti bajó primero. Luego Rodrigo, quien me sacó la bombachita casi sin tocarme, y una vez que la mujer le cambió el pañal a su bebé, se puso a jugar con mi calzón meado. Allí comprendí que entre ellos no existían límites morales. Rodrigo quiso que frote mis tetas y mi rostro en ...
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