Una madurita se vuelve mi vecina y algo más
Fecha: 28/04/2019,
Categorías:
Infidelidad
Sexo con Maduras
Autor: Pervermex, Fuente: CuentoRelatos
Después de 2 años de vivir en la vecindad, 1 año solo y 1 año con mi pareja, llega al departamento del frente una mujer de unos 40 o 45 años, delgada pero con sus cosas donde deben de ir, morena, de cabello negro poco más abajo de los hombros, 1.65 de altura, bonita de cara aunque con gesto serio que no daba señas de tener buen carácter. Desde que llego me llamo la atención, ya que al parecer vivía sola con un perro rescatado de la calle, el mismo me permitió una primera plática con ella cuando la vi paseando en la calle al perro en cuestión y me atreví a comentarle que a dos calles de nuestro edificio hay un parque donde podía pasearlo más cómodamente. Ella me agradeció la información y sin más, dio vuelta y se fue. Después del primer encuentro, nada fructífero, mis expectativas eran pocas y solo nos limitábamos a saludarnos cuando nos encontrábamos en el patio común o el estacionamiento. Un día de fin de semana la vi fuera de su departamento platicando con una de las dueñas del edificio, al pasar solo salude cordialmente como siempre y seguí mi camino, a mitad de la escalera recordé revisar el buzón y regrese, cuando iba llegando al buzón que esta frente a la entrada de la vecina madura escuche la conversación que tenía con la dueña. Dueña: es bastante guapo, atento y hasta coqueto, lo malo es que hace 1 año aproximadamente trajo a vivir con él a una mujer. Vecina: guapo? más bien esta buenísimo, se ve que va al gimnasio, lo de la mujer es una lástima, pero no dejo de ...
... pensar en quitarme estas ganas de coger con él. Dueña: jajaja sino te conociera diría que realmente te lo quieres coger, me sorprendes con en esa faceta. Vecina: créeme que después de la enfermedad de mi marido, que consumió todos nuestros recursos y todo el placer que nos dábamos, estoy en sequia total, no he tenido amante desde hace más de 3 años, creo que ya hasta tengo telarañas Dueña: pues yo creo el estaría encantado de quitar esas telarañas y tu deberías dejar que lo haga Si mis sospechas eran ciertas ellas estaban hablando de mí y me abría una posibilidad de poder cumplir mi fantasía con esa madurita, paso un tiempo en el que nada había cambiado, no sabía cómo poder hablar un poco más con la vecina sin que mi esposa se diera cuenta, aunque si note que era un poco más sonriente conmigo, hasta que un sábado después de comer, regresaba a mi apartamento y la encontré en el estacionamiento llorando frente a su auto, pregunte si todo estaba en orden y ella limpiándose las lágrimas y tratando de disimular me dijo que sí. -estas segura? tal vez te pueda ayudar en algo. -la verdad es que no quiero molestar ni quitarte tu tiempo con tonterías. -nada de eso, si puedo hacer algo cuenta con mi ayuda. -en realidad creo que si puedes, es que... y desvió sus oscuros ojos hacia la llanta de su auto la cual estaba desinflada y yo con una pequeña risa me acerque -una llanta sin aire no debería ser motivo para ver esos bellos ojos llenos de lágrimas, tome su barbilla para levantar su cara y ...