Mi primera vez
Fecha: 25/04/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... latía dentro de mi ano desembolsando su contenido en él, rebosante de semen, resbalándose por la parte interna de mis piernas. En ese instante mis senos se endurecieron y mis pezones doblaron su tamaño, mientras yo sentía unas terribles ganas de menear mis caderas con aquel pedazo de carne dentro de mi recto; De no ser por las cuerdas que me ataban y las manos de ellos que me sujetaban, habría volteado la cara y correspondido a Memo con besos en su boca entrelazando su lengua con la mía . . . …La desamarramos y la tendimos, boca arriba en el capó del automóvil, los senos duros y pezones estirados delataban su complacencia, estaba ya totalmente entregada. Entonces abrimos sus piernas a más no poder, extendiendo a nuestras miradas lujuriosas la chorreante chochita. Ya habíamos sido dueños de su boca y su delicioso culito, era el momento de probar el excelente manjar y plato fuerte de la cena. Bajé y metí la nariz en la vulva de Iris, empecé con largas lamidas en los labios menores y proseguí con alucinantes succiones a su clítoris, provocando la quintuplicación de su tamaño. Los otros dos prosiguieron mordiendo, chupando y lamiendo aquel cuerpo, sin que escapara ningún rincón a nuestro accionar y deleitándome con la delicia que teníamos en nuestro poder. Cada uno se turnó para chupar la palpitante vulva, haciendo especial énfasis en el crecido clítoris, que mamamos engolosinados, cual niños con una exquisitez. Ella se retorcía sobre el capó, abatida por las fuertes ...
... convulsiones de placer que le estaban proporcionando nuestras lenguas. Su espalda se arqueaba separándose del capó, su cabellera rubia cubría la pieza metálica, cual fino tapiz, apoyándose sólo en la cabeza y las nalgas, con las manos en las rodillas y manteniendo bien abiertas las piernas suspendidas en el aire, con los ojos en blanco y con su boca se mordía su labio inferior, totalmente enajenada… …Los néctares de mi vagina se escurrieron sobre el automóvil, en un arrebatador y prolongado orgasmo cuando la última lengua hizo de las suyas en mi vulva. Cuando abrí los ojos, los vi enfrente mío, extasiándose en la contemplación de mi cuerpo. Enseguida Memo me tomó de los cabellos obligándome a poner de pie en mis empinados tacones, me sujetó fuertemente y me llevó en volandas al interior del chalet, seguido por sus compinches. Subimos por las escaleras hasta una lujosa habitación, donde una cama doble con cobertores y sabanas rojas eran el objeto central, adornada por una cabecera tallada en madera, con un hermoso motivo de cisnes entrelazados y también un peinador en madera, con un amplio espejo en forma de corazón, su consola y su banca. Ern jaló la mesilla del peinador, separándola de la pared. Memo, que me arrastraba de los cabellos, me obligó a acostarme en ella, boca arriba, nalgas y cabeza suspendidas en el aire, ante el insuficiente espacio. Mi corazón latía apresuradamente y el temor se apoderaba de mí cuando los vi alrededor y miré a Ern separando mis muslos y sintiendo la ...