1. Un día antes de mi boda


    Fecha: 19/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... para que ocurriese, se acomodó detrás de mí y apoyándose en mis nalgas, me la metió por la vagina; sentía su enorme verga deslizarse y se movía tan sensual que mis orgasmos se sucedían uno tras otro; el placer que experimentaba era delirante, gemía y gritaba pidiendo más y más. Me enloquecía tener en mi intimidad ese aparato tan complaciente y más aún, con un hombre tan apuesto. Temí salir embarazada pero, ¿cómo iba a rechazar ese esperma envidiado por muchas mujeres y probado, seguramente, por elegantes y hermosas damas que se volverían putas al tener este macho dentro de ellas? Pensé en mi matrimonio y en mi futuro maridito, pero era inevitable, seguí contorneándome aún más, como nunca lo había hecho, tenía que esmerarme para que él se sintiera complacido. Me enloquecía saber que yo estaba siendo infiel, una puta infiel que dentro de unas horas se casaba, y en pleno éxtasis con uno más de mis orgasmos. Sentí como su semen caliente recorría mi interior, me sacudí velozmente porque el placer que percibía era indescriptible, qué rica lujuria y qué feliz me sentía. Después de su orgasmo, cayó agotado a un lado, y se dedicó acariciar mi redondo trasero, recorría mis nalgas con suavidad y uno de sus dedos se deslizaba provocadoramente por entre mis nalgas, deteniéndose en mi culito. Sentía una sensación extraña pero para él todo era permitido, todo. Después de un rato, sentí nuevamente un mar de excitación, mientras lo acariciaba, su miembro crecía al máximo, y sin perder el ...
    ... tiempo, colocó la punta de su garrote en mi trasero y me penetró por mi culo sin estrenar; sentí un fuerte dolor al principio, pero conforme se iba moviendo el dolor se transformó en un placer que recién descubría. ¡Qué rico clavaba su verga en mi ano!, me sentía pecadora, una cualquiera, una sucia mujer muy puta, pero mientras más me la metía, mas me excitaba. «Carlos nunca me hizo esto», pensaba dentro de mí, «nunca, pero que rico es», ¿o no chicas? ¡Mmm, estaba en otra órbita por tanto placer que experimentaba!... Carlos nunca me haría esto, nunca se lo permitiría, y decidí para mí que nadie podía explorar mi culo, al menos que fuera nuevamente este hombre, ¿o quién sabe? Algún otro chulo por ahí, sí, seguro que si lo permitiría, pero a mi maridito, jamás, él sólo tendría acceso por la vagina, tenía que demostrar que era una esposa decente y no una ramera que le gustan las vergas de hombres guapos por la cola. ¡Mmm, cómo me caliento al pensar que era infiel y mi culo estaba siendo inaugurado por un desconocido!... Me daba cuenta que él también disfrutaba de placer, yo era hermosa y sexy, y mi cuerpo también era deseado por los hombres, sobretodo mis ancas y mis senos, estaba complacida de poder dárselo todo a otro hombre, a otro que no fuese mi futuro esposo. Otra vez sentí su semen en mi interior, esta vez en mi recto, después de explotar ambos a gritos, quedamos extenuados, descansamos quince minutos y nos volvimos a vestir. Pero mi atrevido calzoncito se lo regalé de ...
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