Mi porrista preferida
Fecha: 10/04/2019,
Categorías:
Jóvenes
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... y así hasta ir agarrando fuerzas para partírselo con toda mi energía; el calor del jacuzzi me hace sudar chorros y luego las dos nenas besan a su madre al escucharla dando gemidos confusos que bien podrían ser de dolor; la acarician con cariño y le doy con todo durante varios minutos hasta que la dejo rendida en la orilla. Voy donde las nenas y las acaricio, pongo de cuatro a la hermana de Natalia y me preparo para penetrarla vaginalmente, a la vez que mis dedos juegan entre las piernas y vaginita de mi niña; separo las piernas de la mayor y se la meto de una en su sabrosa concha; acerco a Natalita y la siento en la orilla, separo sus piernitas deliciosas mientras le doy la gran follada a su hermana, la beso y penetro su conchita con mis dedos, lo cual goza susurrándome lo rico que siente y así las tengo durante unos ocho minutos; sujeto el cabello de la mayor con fuerza y me la follo durísimo hasta hacerla venirse, entonces meto a mi bella Natalita en el jacuzzi , la coloco boca arriba, tomo sus muslitos y la penetro de una, me responde con gran gemido de ahogo y placer, empiezo a cogérmela con más y más fuerzas, ella se comporta como una puta y la tomo de los tobillos para penetrarla más y más profundo, así la tengo durante cerca de diez minutos hasta hacerla venirse, la beso y acaricio, les pido a las tres que se aproximen a mi verga para corrérmeles en sus bellas caritas; me masturbo rápidamente y me excitan sus lengüitas que al poco tiempo empiezan a recibir toda mi ...
... leche y poco a poco, los tres rostros quedan completamente bañados y las pongo a chupar hasta dejar mi verga sin una gota de semen. -Nena: eres perfecta. -¿Qué haces aquí? -Tranquila, bebé; no voy a hacerte daño. En realidad eres tú quien ha invadido el vestidor. -Este es el de mujeres- mientras se tapa los pechitos con una toalla pero deja al descubierto su sabrosa entrepierna sin darse cuenta. -Desde ayer los invirtieron por unas reparaciones que van a hacer. -¡Ups! ¡Qué vergüenza! No parecía incomodarse tanto de estar semidesnuda frente a mis ojos como del error que dio origen a esta situación. Sentí unas grandes ganas de tirármela encima y follármela en el piso así en seco, sin prepararla y juro que estuve a punto de hacerlo. -Nati: ¡qué bella eres! Se sonrojó y mirando al piso, hizo un gesto como de cierto orgullo. -Gracias� gracias. Recuerdo que una vez, estando yo en las prácticas, ella estaba con unas compañeras del equipo y comentó algo así como que yo era algo viejo pero que aun así le gustaba. Su gesto de entonces era el mismo que el de ahora. Yo no podía desperdiciar la oportunidad, pese a que no suelo coger con chicas tan jóvenes pero Natalia es en verdad una delicia incomparable. Me le acerqué un poco y le sonreí con cierta complicidad. -Dime: ¿ya has cogido con alguien? Se quedó muda pero su gesto no fue de rechazo sino de timidez. -Anda; no le voy a decir a nadie. Titubeó por un momento pero se animó a alzar la mirada, sin dirigirla a mis ojos. -No. Todavía no. ...