Inmigrante (04)
Fecha: 08/04/2019,
Categorías:
Infidelidad
Grandes Series,
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... condiciones. -¿Cuáles serían esas condiciones? -Por tu parte, casarte por la iglesia con Ana. Hacer una donación de semen las veces que sea necesario para que ella quede embarazada y esperar hasta que el resultado del embarazo cumpla un año. Después podrás divorciarte, pero renunciarás a todos los derechos sobre el resultado de ese embarazo. -Como contrapartida, seguirás disfrutando de la casa y tendrás el doble de sueldo y una prima de quinientos mil euros al terminar, manteniéndose el resto de las condiciones del contrato anterior en cuanto a vida independiente y ninguna obligación entre mi cliente y tú. -Me parece muy bien, y hasta me serviría para afrontar mi futuro con la tranquilidad que da el dinero. Pero hay un problema: Mi bisabuelo era un guerrero Masái, y según me contaron, más negro que el interior de una mina de carbón sin luz. Según las leyes de Mendel, existe la posibilidad de que nuestro descendiente sea negro. Todos nos quedamos callados. Al final habló Ana. -Cualquier otro matrimonio blanco o con algún miembro algo moreno, que tenga un hijo negro, puede tener problemas para explicarlo, pero no olvidemos que en nuestro caso, habrá una comprobación genética que lo demuestre. -Entonces, yo no tengo inconveniente. El abogado preparó el nuevo contrato, que ambos firmamos, y quedé a la espera de que me avisasen para ir a la clínica para hacer la donación y que organizasen la boda eclesiástica. Todos nos fuimos a comer por cuenta de mi esposa, y de ahí, me fui a ...
... trabajar. Me di cuenta de que tenía un problema. Era viernes, y el viernes anterior había quedado con Marta para este sábado, pero al prolongarse el contrato y las condiciones, me encontraba en una situación complicada. Cuando las tres, sin Ana, vinieron a la sala, tuve que avisarles, tanto a ella como a Marisa, de las nuevas condiciones y que debíamos suspender las citas, hasta tanto encontrase una solución. No me libré de follarme a Marisa en la oficina, dejando a Marta con cara de envidia, deseo y pena. Cuando fue su hora de marchar, retuve a Marta mientras Marisa se iba con una sonrisa en los labios, la llevé a la oficina y la hice recostarse sobre la mesa. Llevaba unos pantalones negros, como de espuma, de cintura elástica, por lo que no me costó nada bajárselos. Ante mi aparecieron unas bragas negras grandes. Procedí a quitárselas, pudiendo observar que se había depilado el coño, por lo menos la raja. -Marta, Marta. Veo que no me haces caso y me obligas a castigarte. -Pero... voy depilada. -Pero deberías ir con falda y sin bragas, y no solo las llevas sino que son tan grandes que podría hacerme un traje con ellas. Separa las piernas. Me quité uno de los zapatos, y con él en la mano, le di un fuerte golpe en el culo. Se levantó a la vez que emitía un fuerte grito. -No, no, no, no. Así no. Cuando yo te corrija, no debes gritar como una puta barata. Te limitarás a contar los golpes y a darme las gracias por corregirte. Los golpes no contados o no agradecidos, no cuentan y ...