1. La mesa del taller de Don Braulio


    Fecha: 22/10/2017, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    mirando el lugar, habia una amplia mesa de trabajo que empece a observar, era una mesa improvisada con un duro tablón de madera como base y de unos cuatro cajones robustos como patas, sobre la misma habian bastante herramientas de todo tipo, lo que no sabia en ese momento era que justamente ahí me iba a abrir de gambas para hacerme el culo. Estaba mi vista fija en esa mesa, era la mesa en donde trabajaba Don Braulio que se veia desde afuera, la mesa en donde hacia sus cosas mientras me miraba cuando esperaba el colectivo. De repente senti que me tomó de un brazo tirando mi bolso y me jaló quedandonos frente a frente, mientras me miraba fijamente a los ojos. Me acaricio con ternura una mejilla y luego el cabello pero de repente me dio la vuelta quedando de espaldas a el, me rodio con sus brazos por la cintura y me apretó contra él tratando de levantarme un poco como empujándome hacia donde estaba la mesa, me asuste y comencé a lagrimear y suplicar, al llegar a la mesa dejo de empujarme, se quedo parado allí sujetándome de mi cintura y aprisionando fuertemente mi trasero contra su pelvis, yo podía sentir claramente el bulto de su miembro en mi cola, después de unos momentos me soltó, empezó a mirarme de arriba abajo y sonriendo lujuriosamente me dijo: ‘Escuchame nena vos ya sabes porque estas aca asi que vas a tener que portarte muy bien conmigo y obedecerme en todo, tu solo déjate llevar que yo me encargo de lo demás’. Pense en que me habia metido, pero me calme y me dispuse ...
     a hacer lo que queria. Tomó una silla y se sentó tras de mí de modo que mi culito quedaba frente a él, comenzó a acariciar mis piernas sobre las calzas, al ver que yo no decía nada subió sus manos y acarició mis nalgas, las apretó y las estrujó, como vio que yo no oponía la menor resistencia se levantó y empezó a frotarme su pene que ya se encontraba erecto contra mi trasero, entonces bajó sus manos para acariciarme las piernas y las subió a mi entrepierna, me empezo a pajear con sus dedos sobre la lycra mientras mis primeros gemidos se hacian presente y mis piernas se abrian solo un poco mas. Entonces me dijo: ‘ ¡Vaya!, te esta gustando no puta, pues empeza a disfrutarlo porque a vos te tengo preparado algo muy especial ¿sabes?. Su mano volvio atrás y empezo a acariciarme el contorno de mi cola mientras me decia –Perfecto, es perfecto, debes tener el culo tan estrecho como el de un maricon ¿no es asi?, pues eso lo vamos a arreglar. -Ya te estaras imaginando lo que te espera ¿no es cierto?, voy a romperte el culo y a convertirte en toda una puta’. Me quede perpleja por todo lo que me estaba diciendo pero igual lo queria, queria que continuara y recorde su apodo, realmente iba a dar credito al mismo. Mi silencio sepulcral lo motivo asi que me tomo de la cabeza y me inclinó sobre la mesa y lo ajustada de mis calzas dejaba ver la marca de mi tanga, lo cual seguramente lo excitó aun más, de nuevo frotó su pene contra mi trasero, se aflojó el cinto, bajo sus pantalones y siguió ...
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