1. Sexo con la cuñada. Sexo anal, no es infidelidad


    Fecha: 28/01/2019, Categorías: Incesto Infidelidad Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... Caliente? - Sí. Se me nota? Mucho? - Diría que se nota, no sé si mucho, yo lo he notado. - No debería haber contado esto, sabes cómo piensa la familia. - Pero… nosotros dos somos de fuera. Ja! -sonrió. También yo necesito… necesito “eso” pero ella no accede… - Entiendo perfecto, y vos también “estas a pan y agua” - Sí, a mano y muchas veces propia. – risas de ambos. Sentía que ese era el momento preciso, venía lanzado, el deseo de sexo siempre va por el “sí”. Detuve el auto a un costado de la ruta, la miré, nos miramos, el beso solo estaba esperando el contacto de labios para desatarse, soltarse en ese contacto húmedo de lenguas ansiosas de sentir ese momento de osadía y atrevimiento que haga amortiguar el fragor del sexo insatisfecho. Nos matamos en ese beso de lengua que nos hizo estremecer, quedamos temblando por calentura o por no habernos animado a concretar más que unos manotazos íntimos. Sin hablar del tema, un poco asustados por los momentos vividos retomamos viaje al municipio. Concluido el trámite emprendimos el regreso, a poco de andar había un barcito al costado de la ruta, paré para tomarnos un café, en un rincón del local desierto nos tomamos de las manos, nuevamente sentimos ese calor que nos sube desde la entrepierna, sentimos la necesidad de estar en la intimidad del coche. Nos estacionamos detrás del local, lo bastante oculto y sombreado para que nadie note que nos estamos revolcando en el asiento, abrazos y besos lo suficiente obscenos para suavizar las ...
    ... ansiedades propias de la falta de sexo. Nos comimos la boca, introducía la lengua en su boca y los dedos en la conchita. Tengo dedos gruesos y hábiles para hacer maravillas en una conchita caliente, mi novia me hizo experto en conseguir esos delirantes orgasmos, también en este caso fue fácil, su abstinencia era mi cómplice, pero ir despacio y con cuidado consigue más que la prisa ansiosa. Había metido la mano dentro de la bombacha, hurgando con habilidad abrir paso entre la selva de pendejos, agitándolos dentro de la vagina, empapados en ese caldo caliente, moviéndolos con la maestría adquirida voy llevándola sin escalas intermedias a la excitación de máxima. Su cuerpo vibra entre mis brazos, se aprieta, contrae los músculos, rígidos y tensos para luego expirar el último suspiro y dejarse estar en mis brazos, latiendo su orgasmo en mis dedos. La pausa digital permite ese momento de aspirar el aire, retomar el ritmo de agitarlos dentro la conmueve, le hace decir incoherencias, y babearse. Busco la forma de sacar las tetas de su encierro, solícita ayuda ofreciéndome el pezón para mamarla. Exprime el pecho como se hace con un bebe, solo que esta vez cuando lo hace y la fuerte mamada vino con un poco de leche materna?, primero sorpresa, luego una segunda mamada y tragué, probando el sabor espeso y dulzón que mana de sus tetotas. Nos miramos, sonríe cuando siente fluir el producto de mi mamada, su gesto considerado agradece esa forma de degustar el sabor de la mamá que estoy ...
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