Historias de oficina (23) Un placer coincidir en esta vida
Fecha: 09/01/2019,
Categorías:
Hetero
Erotismo y Amor
Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos
... navaja de su bolsillo— ¿terminamos nuestra relación? En un rápido movimiento me incorpore, tomando el arma de Michael. —Si ¡Hija de mil putas! Terminemos —Grite disparando las últimas dos balas. No tuve el valor para matarla, aunque si para penetrarle su rodilla, para mí ya enorme mala fortuna, el otro disparo lo erre. Cayó en un grito de dolor y furia increíble. —¡Te cortare poco a poco, puta barata! Me persiguió como pudo escalera arriba, podían escucharse disparos desde el exterior. Se escucha como seguían llegando helicópteros. Ya fuera por Michael antes o por los policías afuera Sara caería en ese mismo lugar. —¡Todo se terminó! —le grite mientras la veía subir las escaleras— estas acabada, ya está. —Esto no se ha acabado —gruño— ¡Esto no se acaba hasta que yo lo diga! Ataco con su cuchillo tirando rápidos ataque, que hubieran podido abrirme la garganta si no hubiera sido porque me moví antes. Su rabia aumentaba a medida que danzábamos una a la otra. De su boca solo salían insultos y cosas desagradables. —Tienes miedo Mariza. —Si —confesé— pero es la primera vez en la que no tengo ganas de salir corriendo. —¿De qué tienes ganas entonces? —pregunto. —De acabar con todo esto ¡Se terminó! Dio un paso más lanzando una puñalada, la evadí, pero lo que no pude esquivar fue un golpe contra mi estómago. Caí de rodillas mientras ella se reía triunfante las últimas puertas estaban cayendo, INTERPOL de seguro estaba rescatando las chicas a las que alguna vez vi. Me puse de pie ...
... tambaleante, sentí el ardor en mi brazo derecho ¿en qué momento me había lastimado? la sangre corría por mi piel. Tiro de nuevo un golpe, lo evadí y golpeé con todas mis fuerzas contra su mentón. Retrocedió dos pasos mientras antes de volver a la carga con las fuerzas que le quedaban, corrí hacia ella dando la patada más fuerte que alguna vez pude. Retrocedió rápidamente mientras perdía el poco equilibrio que tenía cayendo por la baranda de la escalera, temerosa me acerque para verla tirada en el suelo, no se movía ¿Estaba muerta? Caí al suelo y me puse a llorar contra mis rodillas, me pellizque y me golpee para comprobar que no era una especie de sueño, las lágrimas brotaban en una mezcla de felicidad y amargura. —¡Michael! —dije poniéndome de pie de inmediato. Baje las escaleras a toda velocidad encontrándome de frente con Sara, seguía sin moverse de su lugar. Tome el cuchillo que estaba en el suelo apretándolo con fuerza. Un deseo macabro me invadió, sentía ganas de apuñalarla una docena de veces— esa no soy yo, no soy así —pensé en cambio tirando el cuchillo lo más lejos que pude. Si era mentira que estaba inconsciente por lo menos le costaría más atacarme por atrás. Tomé a Michael como pude y puse su brazo rodeando mi cuello, realmente estaba más pesado de lo que había supuesto. —Vamos Michael —le dije zamarreando su cara— por favor ayúdame. Michael. Daba pasos cortos ayudándome a cruzar el salón, había perdido tanta sangre que trataba de que mi vista no se cruce con la ...