Conyugues intoxicados, conyugues encamados.
Fecha: 08/01/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... buen rato superpuestos, otro más prolongado cabeza a cabeza en la misma almohada, “tirándonos” flores. Fui a la heladera y serví un vaso de gaseosa para cada uno y regresé a su lado. Una vez rehidratados, mi verga pasó de derrumbada, a algo floja, a sólo floja, a aceptablemente erguida. Empecé a chuparle los pezones, uno en la boca y pellizcaba con los dedos el otro, poco a poco fui bajando pasando la lengua por todo su cuerpo hasta que le metí la lengua en la concha, ella se abrió de piernas a más no poder, le introduje dos dedos y, con la lengua, la emprendí con el clítoris. Gritaba de placer: -¡Másss … dame másss …. Ahhhhhh – Saqué los dedos y metí la lengua lo que más pude dentro de la concha. -¿Por Diosss …. No doy másss …. – Me puse encima de ella y le metí la verga, nuevamente templada, muy despacio al principio, poco a poco aumenté el ritmo, Florencia comenzó boquiabierta, como que no se lo creía que la estaba cogiendo por segunda vez. No tardó en “prenderse” y “desenfundar” todo su arsenal de consumada artista de la cama, potenciada por lo prohibido de la sesión de sexo. Su orgasmo y ...
... el mío no se quedaron, en intensidad y goce, atrás de los primeros de la noche. A la mañana siguiente, nos despertamos desnudos y abrazados. Al tomar conciencia de la hora, entramos en un torbellino de actividad para, aseo personal, vestirnos y salir disparados a la clínica. Afortunadamente, los médicos, dieron de alta a nuestras parejas – con la recomendación de que hagan dieta y un par de días de descanso, previo al viaje de regreso- Con Florencia, una vez instalados nuevamente, los cuatro, en el departamento, salimos de compras para surtirnos de lo necesario. En el auto, antes de bajar con las bolsas de supermercado, nos dimos un beso desaforado. Le susurré al oído: -Está mal lo que digo, pero es la pura: bienvenida la batería, todavía me sorprendo de la intensidad de las sensaciones que sos capaz de provocarme. – -Y vos a mí, creo que mejoraste mi vida y me siento feliz por ello – replicó. Sigue la amistad de los cuatro, tramposa por partida doble. De vez en cuando los encuentros son de a dos. Estimo que falta mucho para que agotemos el repertorio de variantes y juegos íntimos e indecentes.