Rocambolesco
Fecha: 27/12/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Infidelidad
Autor: PATRI81, Fuente: CuentoRelatos
... escrito en una hoja del hotel la dirección de donde teníamos que ir, donde estaba su nuevo trabajo, nos dijo que a las doce allí y se fue. Mi marido y yo nos quedamos hablando, se dio cuenta de que había estado raro, como más “mandón” y repetía una y otra vez que él no era gay, yo le dije que ya lo sabía, que tampoco era nada malo, si los dos lo aceptábamos y nos gustaba, que, si cambiara un poco y se olvidara de sus remordimientos, seguro que Carlos nos visitaba más, que se le notaba mucha tensión. Le describí como me ponía cuando le veía haciéndolo, como me gustaban sus besos cuando lo hacía teniendo la corrida de Carlos en la boca, porque me besaba distinto y es verdad, es como si me devorara la boca, es totalmente distinto. Nos pusimos cachondos los dos y follamos hasta que era de día. Menos mal que existen los GPS si no, no hubiésemos llegado. A las 12 y 5 llegamos. Nos enseñó el lugar y estaba todo mangas por hombros, pero se veía que estaba prácticamente acabado, era ms las cajas y plásticos que había tirados que otra cosa. Estaban distribuyéndose entre los coches. Carlos le dijo a mi marido que no nos preocupáramos que, ya que le gustaba conducir su coche, iríamos en el suyo. Las expresiones de la gente al oír eso nos dejó a Juan y a mi cortados. Carlos se fue un momento a atender una llamada y la gente nos decía que, sí que teníamos que tener buena amistad con Carlos, porque el coche no se lo dejaba a nadie. En parte lo entendía, era un buen coche. Ni Juan ni yo ...
... comentamos nada, pero sé que pensamos lo mismo, yo con más fundamento por su interés en que llevara falda. Que me había puesto una amplia y blusa. Fueron saliendo poco a poco y Carlos hizo tiempo para salir los últimos. Una vez en su coche metió la dirección y se vino atrás conmigo. Una vez llegamos a la autopista, Carlos empezó a meterme mano, nos protegía las lunas tintadas y en la amplitud de ese coche se podían hacer muchas cosas. Me estuvo tocando con su maestría característica, hasta que me quito las bragas y se las dejo caer a mi marido. Que los ojos que veía en el espejo retrovisor eran de salido vicioso. No todos los hombres saben utilizar sus dedos, Carlos está muy bien enseñado. Me hacía soltar unos gemidos largos y prolongados y con mucha excitación. Mientras otra vez le iba detallando a mi marido lo que me hacía y como me comportaba, que sumado todo me hacía estar constantemente al borde del orgasmo, que trataba de disimular, para que no se parase en el momento justo. Me lo hizo una y otra vez, incluso llegue a agarrar con mis dos manos la suya para que no la quitase, pero era más fuerte que yo. Me traía loca y cuando le oí decir a mi marido, ESCUCHA CORNUDO MIRA COMO SE CORRE MI PUTA, empezó a mover sus dedos y tuve tres orgasmos seguidos, mis gritos y mis golpes con las piernas a los sillones delanteros fueron nada normales, no encuentro la palabra. Fueron tan intensos que me quede apoyada sobre su pecho, tenía que recuperar la respiración y el ritmo cardiaco. Ni ...