1. Fernanda, una virgen iniciándose en el sexo


    Fecha: 26/12/2018, Categorías: Sexo en Grupo No Consentido Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... alguien se acomodó detrás de mí y metió su verga, di un grito tan espantos que todos pararon. —¡NO MAMES QUE ERES VIRGEN! —grito con su voz chillona Víctor. —¿QUÉ? —Todos estaban desconcertados, y Antonio le ordenó dejarme, y lo levantó jalándole las greñas. —¡Solo termínenle en la cara y ya! Mientras seguía mamando, podía escuchar sus comentarios. “Pinche escuincla chismosa”, “que pendeja”. Sus risas me hacían sentirme humillada. Luego sentí que uno, no se quien se retorcía y un chorro caía sobre mi cara. Antonio me jalaba la cabeza hacia atrás. Y mientras, sus amigos me salpicaban de semen. Se sentía caliente y el olor era el mismo del principio. Ya no podía abrir los ojos, sentía mi cara batida y seguía llegando semen. Y aunque alguno quiso meterme la verga, escuchaba la voz de Antonio y los golpes para que se alejaran de mi sexo. Escuche el flash de una cámara y de inmediato Antonio grito. —¡SIN FOTOS PENDEJO! —escuche otro golpe y como los lentes, de Víctor caían al piso. Podía escuchar cómo se acomodaban el pantalón y subí al el cierre, y Antonio los despedía entre insulta uno a uno. Luego, ya no escuche ruido. Pero no quería y no podía moverme. El semen escurría por mi cuello y fue entonces cuando recordé que no me quite el vestido y seguro estaba tan embarrado como yo. La mano de Antonio me guio hasta el baño y pude enjuagarme la cara, el sabor a semen se metía por mis labios, aunque me gustaba, para ese momento me sentía humillada. Cuando por fin pude abrir los ...
    ... ojos, pude ver en el reflejo del espejo que Antonio estaba parado en la puerta cruzado de brazos, esperando que terminara de limpiar el semen de mi cara. —¿Porque no me dijiste que eras virgen? —me dijo muy serio— Peor aún, ¿porque inventaste esas historias? —un silencio sepulcral se apoderó de ese momento. Yo no tenía respuestas. Luego, se acercó por detrás y me levantó el vestido. Sobaba mis nalgas mientras su pantalón caía hasta sus tobillos. —¡Te desvirgo ese pinche pendejo! —A modo de reclamo se pegó a mí y sentí como su verga entraba en mí. A diferencia de Víctor, está verga se siente mucho más grande, cuando entraba poco a poco, me dolía y parecía que no terminaba de entrar. —¡Ya entró toda! —dijo y yo di gracias a Dios, se balanceaba suavemente y un calor dentro de mí me hacía jadear, me recargue en el lavabo para recibir sus embestidas que se hacían más fuertes e intensas. —Ya no te voy a compartir, eres mía —me excitaba sentirme usada, tenerlo dentro no quieres separarme, su verga me taladraba sin piedad y al fin sentí su líquido caliente en mi interior. Estaba extasiada, cuando lo saco, sentí su semen escurriendo por mis piernas y recordé que mi cara seguía sucia. Antonio desapareció un momento. Luego volvió con un vestido. —Es de mamá, seguro te queda y ella no lo notará. Date un baño y te llevo a tu casa. Mientras el agua caía sobre mí, note el hilo de sangre que mezclado con el semen de Antonio escurría por mis piernas. Me encanto sentir el semen en mi cara, pero me ...