Inmigrante (10)
Fecha: 13/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Grandes Series,
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... Tuve que ser el primero en salir de la habitación, porque Ana no se iba, supongo que para no dejarme sólo con ella. Para tranquilizarla, me fui a dar vuelta por los niños, que estaban despiertos. Los llevé a la cama de su madre y estuve mucho rato haciéndoles carantoñas, bajo la atenta mirada de su madre, mezcla de cariño y enfado. Deduje que eso era un inicio de posibles problemas y aunque era algo que no me importaba porque nuestra relación iba a finalizar en unos meses, tomé nota de actuar con precaución para evitar malos rollos en el los últimos días. Poco antes de la cena, Ana me quitó a la niña, se sacó uno de los pechos y se puso a darle de mamar. Yo me quedé embobado viendo la escena. Mi hija mamando y la madre colocándole bien el pecho para que lo hiciese. Parece increíble, pero a pesar de la escena tan tierna, a mí me resultó erótica y me empalmé. Enseguida entró Marga con dos biberones preparados. Cuando la pequeña ya no consiguió sacar nada del pecho, me la pasó a mí y continué con biberón, mientras Ana se ponía al niño en el otro pecho. Cuando terminaron, los limpiamos y acostamos, quedándose dormidos enseguida. Yo estaba feliz con estas escenas. Disfrutaba con mis hijos, lo que me alegraba y daba placer en mi interior y eso se notaba en mi vida diaria. Cuando terminamos, nos pusimos a cenar los tres, Ana, Marta y yo, con un único tema de conversación: Marta, su ex y el abogado. Ya se hacía tarde para mí, que me levantaba temprano, cuando dimos por terminada la ...
... cena. Marta y yo nos dispusimos a marchar a nuestras habitaciones en la otra vivienda cuando Ana me dijo: -Jomo, ¿Puedes esperar un momento? -Por supuesto, Ana. Hasta mañana, Marta. Marta se fue y Ana se puso a ayudar a Marga a recoger la mesa. Como no sabía qué hacer, yo les ayudé. Estaba recogiendo los vasos, estando Ana en la cocina, cuando Marga interceptó mi paso para frotar su culo contra mi polla. Me incliné para morder suavemente el lóbulo de su oreja y me separé con una sonrisa. Cuando nos quedamos solos Ana y yo, después de un momento de silencio, que me hizo pensar que íbamos a tener algún tipo de discusión, con algo de nerviosismo, me dijo: -¿Llevas idea de hacer algo esta noche? -Sí, dormir. Tengo que levantarme a las 5. -¡Ah! Pensaba preguntarte si querías quedarte conmigo. Me acerqué a ella, la abracé y nos dimos un profundo beso. Llevaba una camiseta de tirantes y unos pantalones ligeros, tipo pijama. Debajo, el sujetador que permitía sacar el pecho para amamantar y braguitas. Metí mis manos por su espalda, bajo la camiseta, hasta llegar a su cuello y por la cinturilla hasta acariciar su culo y presionando contra mí ya más que evidente erección que iba en aumento. Cuando dejé sus labios, bajé a su cuello, al tiempo que subía su camiseta y desabrochaba el sujetador. Nos separamos lo justo para retirárselos, volviendo a besar su cuello y lamer el lóbulo de su oreja, mientras ella desabrochaba mi camisa y casi me la arrancaba. El resto de las prendas siguieron el ...