Inmigrante (10)
Fecha: 13/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Grandes Series,
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
Cuando llegué, Ana y Marta estaban terminando de atender a los niños. Ayudé un poco y, entre los tres, quedo todo hecho en pocos minutos. Al acabar, mandé a Marta a su casa. Ana me preguntó cómo me había ido el día, le conté que me había reunido y comido con el director de un laboratorio para conseguir un trabajo de jefe de equipo. Y que las conversaciones se habían alargado un poco. No era mentira del todo, pues el contacto existía y tenía grandes esperanzas en él. Al día siguiente, Marga llamó cuando estábamos con los niños para decir que no se encontraba nada bien, que tenía las tripas muy sueltas y dolor en el culo. Ana le dijo que seguramente le habría sentado algo mal y de ahí lo de las tripas y que si iba mucho al baño, también se le irritaría mucho el ano. Yo me di la vuelta sonriendo y continué con los niños. Luego, después de consensuarlo con Ana, que dudaba que aceptase, le ordené a Marta que viniera para hacer las cosas de casa y ayudarnos. Aceptó y al poco tiempo estaba con nosotros, ante el asombro de Ana. Como un mes después, algo ocurrió con el marido de Marta. Por lo visto, encontró otro empleo y dejó de darle dinero, echándola de casa. Parece ser que la sentencia estaba mal redactada y decía que debía pasarle el salario que cobraba del banco. Al marcharse, quedaba exento de su cumplimiento. Resultado, Marta se quedó en la calle y tuve que alojarla en el piso del trabajo. Hablé con Ana para que la convenciese de que se quedase conmigo hasta que encontrase ...
... algún lugar donde vivir, ya que el sueldo que cobraba no le daba para grandes gastos, cosa que previamente había acordado con ella. No voy a explicar la cara de Ana y el mal genio disimulado que se le puso, pero no podía negarse. Por un lado era una de sus amigas, por otro, no podía oponerse a que pudiese acostarme con ella, que era lo que la enfadaba, así que consintió de mala gana. Al mismo tiempo, unos días antes para ser exactos, mis reuniones y negociaciones con el importante laboratorio donde habían comenzado mis contactos, llegaron a buen puerto y cambié de empresa, entrando como adjunto a uno de los jefes de equipo que estaba próximo a jubilarse, por supuesto que con el rechazo de algunos de los componentes de ese equipo que se creían con derechos al puesto. Así que pasé de trabajar de 20 a 4 de la madrugada a estar de 6 a 14 de la mañana. Algunas tardes tenía que trabajar, pues la secretaria estaba muy satisfecha conmigo y me proporcionaba cosas que hacer en su cama. Por lo que respecta a Ana, a estas alturas, sus otras amigas ya habían organizado su vida y Ana ya no salía con ellas, atareada con los niños. Yo tampoco las veía mucho por la sala y nada desde mi cambio de trabajo, además de que prácticamente solo me follaba a Marta en mi casa, por ello, dejé el piso con intención de buscarme otro cuando me divorciara. Marta vino a casa una tarde a última hora y se alojó en el dormitorio que quedaba libre. La recibimos Ana y yo, ayudando a colocar las cosas de sus maletas. ...