LAS CAZADORAS CASADAS
Fecha: 10/10/2017,
Categorías:
Anal
Sexo en Grupo
Lesbianas
Autor: Livido, Fuente: xHamster
... susurro y gritos del alma, y nosotros en el centro del desborde de los sentidos. Alcancé a ver el guacho que habíamos mamado primero con dos amigotes, que se acercaron al festín para participar de la orgía… No sé cuántas veces se reemplazaron, o si se sumó algún otro individuo, yo solo distinguía la cara de furia y placer del macho que estaba hundiendo a Natalia, y el padecimiento y delicia de mi culo anestesiado por la dilatación. Al principio me daba cuenta de los cambio de chinga por la imposición de las manos en las caderas y el grosor de las brevas que me perforaban, o la leche que calma el picor, o por el ritmo de la bombeada, pero pronto en un sollozo y gimoteo solo, agotada de las contraídas de los músculos de mis intestinos y vagina, orgasmo tras orgasmo, no supe más si penetraban mi vagina o mi culo, o ambas a la vez. Ni cuantos machos eran, solo mi boca se defendió con honor sacando y libando espermas a cuanta verga tuve a mi alcance. Estábamos como poseídas, Natalia los insultaba berreando y los provocaba a mas pajazos, su culo era una flor abierta chorreando leche, dolorida y falleciente, y yo imploraba más pija, desecha, llena de ...
... moretones por los pellizcos y palmadas en las nalgas. Eran lo menos seis machos turnados para someternos. Cuando no pudieron mas acabaron encima entre risas obligándonos a recibir los chorros de esperma en la boca y la cara. Me desvanecí muerta de dolor y placer, mi culito perforado ardía y me sangraba, la concha me palpitaba y no podía controlar sus contracciones, las tetas rojas y llenas de moretones, la ropa desgarrada toda llena de semen y meo. Todos mis agujeritos manaban leche. Naty, tenía el culo tan dilatado que mi mano le entraba hasta el puño sin presión. Cuando desperté, estábamos tiradas en el pasto, abrazadas y con nosotras el veterano que había recibido su porción de pija, semidesnudo y con el culito abiertito, lo besamos, lo ayudamos a entrar en su coche y nos dispusimos a irnos con el sol ya saliendo. Buscamos las llaves que por suerte estaban puestas en el auto y nos fuimos a casa mareadas y destrozadas. Un baño caliente y nos tiramos en la cama a lamernos las heridas. Pronto nos fuimos quedando dormidas, Natalia, - le dije – quien gano la apuesta… que apuesta – me contestó - acurrucándose en mi pecho y se quedó dormida en mis brazos.