Ganosa
Fecha: 06/10/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Ese día estaba excitada, más que de costumbre. Soy casada hace dos años con un hombre mayor que yo, tengo 26 años y el 55. El sexo entre nosotros es muy agradable, lo quiero y me siento muy querida, cuidada, libre, pero en algunos aspectos la diferencia de edad se nota. Cuando tenemos relaciones es bárbaro, juguetea mucho, es fantasioso y viril. La frecuencia es de una o dos veces por semana y yo quisiera todos los días. Yo también soy fantasiosa y gozo masturbándome. Me gusta preparar mi escenario. Lo voy armando durante el día. Tengo un cuerpo sensual y soy seductora. Me gusta vestirme sabiendo que despierto pasiones, busco las miradas y me calienta ver los resultados, siempre dejo ver algo de mis pechos o la cola o las piernas, me gustan los tajos en las faldas y las blusas tenues. Además parezco diez años más joven, o sea que gusto a los hombres de 17 años en adelante. Creo que mi sensualidad se ve más allá de la ropa que llevo, pues los días que salgo así nomás también tengo mis admiradores. Ese día estaba muy excitada, y salí a dar una vuelta. En el ascensor, mirándome al espejo desabotoné un poco mas mi camisa y rasque los pezones con mis uñas. Mi cuerpo es muy sensible y las tetas especialmente, se pararon las puntas y se veían más, hasta el color más oscuro a través de la tela. Volví a tocarme las tetas hasta la planta baja y salí a la calle hecha un fuego. Tome un taxi hasta el centro. Abrí un poco las piernas y desde atrás de mis lentes oscuros podía ver al ...
... conductor espiarme por el espejito. Cuando lo tuve ahí abrí un poco mas haciéndome la que miraba hacia fuera. Al bajar las abrí para que suba la pollera y así mostrarle a él y a los que pasaban por ahí. Ya me sentía casi loca de calentura. Mis tetas me pedían caricias. Sentía la conchita húmeda. Escuchaba los piropos- Diosa, -Mamita, -Llévame al cielo, - Bombón, Putita, - De lo mas dulce a lo mas zafado. Seguía calentándome. Los miraba a los ojos y me tentaba quitarme los anteojos para que vieran que los miraba, no me animaba, todavía. Entre a un centro comercial, mirando vidrieras caminaba hacia mi un joven fuerte y hermoso, le moví una sonrisa, a los diez pasos me alcanzó. -Soy Mario, ¿quieres tomar algo? Si, tengo sed, le conteste, soy Juana. Fuimos a un café del Shopping, pedimos cerveza y cuando la servían me rozo una pierna con la suya. -Vas rápido, le dije para acelerarlo, -Todo lo rápido que quieras, contestó. -Todo lo rápido que quieras, le dije en voz baja. Tomamos la cerveza hablando pavadas, pago y salimos. Caminamos dos cuadras hasta un hotel y entramos sin dudarlo. En el ascensor me había tomado la mano, así entramos a la habitación, de la manito. Pase primero, Colgué la cartera del respaldo de un silloncito donde me senté. Llego hasta el fondo del cuarto y se volvió. Era hermoso. No lindo, hermoso. Rasgos marcados, manos fuertes, Fornido. Mirándolo cruce las piernas y me quite un zapato, descruce, cruce y quite el otro. Llego junto a mí, estiro los brazos y me paró ...