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Mi mujer es una puta escort y yo un cornudo voyeur
Fecha: 24/09/2018, Categorías: Infidelidad Voyerismo Autor: Cirorock31, Fuente: CuentoRelatos
... hablaron un rato, era cuestión de tiempo para sorprenderla con las manos en la masa, o mejor dicho con las manos en la verga de José. "¡Puta, puta, puta!" Susurre cuando los escuche entrar. Yo estaba escondido en el placard del dormitorio de mi amigo y ellos reían y hablaban de todo lo que harían. Mi mujer estaba vestida como una verdadera putona: muy linda y sensual a tal punto que se me había parado la pija y le tenía muchas ganas en ese momento. Estaba esperando que ambos cruzaran esa puerta para sorprenderlos hasta que ella entró primero y se sacó toda la ropa. Los dos se besaban como locos, como si se cogieran con la boca. En un abrir y cerrar de ojos, José Luis la puso de cuclillas a María Luisa y le metió toda la pija por la boca. Ella sonriendo se la tragaba toda y se la metía hasta el fondo de la garganta. No le molestaba para nada atragantarse con su saliva y el semen de José, eso a ella parecía encantarle. Como había dicho hasta el cansancio: "no imaginaba que mi esposa fuera tan puta". Mi mejor amigo y mi señora no perdieron el tiempo e hicieron de todo. Él le hizo el orto porque ella se lo pidió casi rogando y luego de que José se la metiera hasta los huevos, se la sacaba y se la metía por la boca. Así ...
... estuvieron un buen rato y ella no dejaba de gemir como una puta. Toda esta situación era una mierda para mí, pero para él, que jugaba con el culo de mi esposa, no. María Luisa estaba en cuatro cuando José se la metía por la concha. Se la cogió durante un buen rato mientras ella jadeaba y le decía que era el mejor cabrón que se la había cogido (imaginen como me sentía yo de que mi propia mujer me metiese los cuernos con mi amigo y que para el colmo él era mejor que yo cogiendo) La verdad es que me sentí desbastado pero tampoco quería dejar de ver ese espectáculo pornográfico de como la ninfómana de mi mujer era penetrada por este imbécil, que disfrutaba mucho haciéndoselo por atrás y por adelante. Finalmente cuando ambos se venían, él le acabo en su cara de puta y yo salí del ropero para pedirle explicaciones mientras ella se relamía los labios. Al verme allí quedó estupefacta y no sabía que decir. Me propuso que sigamos cogiendo, pues María tenía ganas de seguir acabando y yo accedí a su pedido, me quité los pantalones y la puse de rodillas para que me chupase la pija. La muy puta sonreía porque sabía que ella cumpliría una de sus tantas fantasías y yo contento también porque cobraría el 50% por sus servicios sexuales. FIN