El secreto de Laurita. Mi deseo privado - Relatos Eróticos

El secreto de Laurita. Mi deseo privado

... encima de mi un balde de ese liquido. De repente sentí un golpe por adentro, que mi cuerpo tenia un espasmo y se contraía, me asusté aunque en gran parte no era desagradable, sentí la sangre como si bajara y subiera, me contraje son controlarme a mi misma y luego vino la relajación súbita del orgasmo. transpiraba, mi corazón latía como martillo, e respiraba fuerte. Estaba agotada, confundida, desnuda sobre mi cama, húmeda y con solo una imagen aun en mi mente. Solo pude cubrirme y dormir, intente no salir mas, no hablé con nadie. En la noche enfrente la soledad de nuevo, y de nuevo sin saber como ni porqué me veía haciendo lo mismo que en la tarde había hecho, una y otra vez sentía mas control. empíricamente sabia que mi técnica debía variar, podría frotar mas efectivamente y con mayor placer, me sentía cada vez mas cómoda, conocí mi vagina ese día y en el tiempo que me tomó quedarme dormida exhausta había aprendido a usar mis manos. Ya sabia como masturbarme. Dos semanas duró la obra y dos semanas duré en el mismo sitio día tras día observando hombre tras hombre descargar su orine contra la pared, imaginaba era mi mano en vez de las suyas las que sostenía sus penes mientras chorreaban, a veces, sin poder evitarlo y tratando de contenerlo, quería saber que se sentía ser la pared, que fuera mi cuerpo, mi boca, mis manos donde cayera ese líquido. Nada mas me satisfacía mas que estos pensamientos, en la escuela, en mi cuarto, en la cena, en todo momento me sentía inmersa en ...

... ellos, imaginaba el miembro de cada hombre nuevo que veía, imaginaba su pene saliendo de su pantalón, imaginar a todos los adultos orinando era mi nuevo pasatiempo de tiempo completo. No tardó mucho hasta que en centros comerciales y lugares públicos me empezara a escabullir dentro de baños de hombres, si me veían entrar solo decía "oh, disculpas, me equivoque," pero sino me acercaba a un inodoro, cerraba la puerta y solo dejaba pasar el tiempo mientras escuchaba el dulce ruido de los urinales mientras uno a uno entraban y salían hombres sin siquiera pensar estaba allí. Escuchando, viendo entre los pequeños espacios de la puerta y, si podía, siguiéndolos hasta salir. Mi predilección : Los que no se lavaban las manos, pronto me sorprendí de que el porcentaje que no lo hacia era alto. A veces pasaban 10 sin que ninguno lo hiciera, menos pensaban que nadie los veía, pero esto claro no era así. Hasta el día de hoy el sonido del orine me excita, aun me siento en baños públicos de hombres y me masturbo siendo una voyerista, he visto a cada hombre con quien he estado orinar y siempre que algún caballero me da la mano, me calienta un poco imaginarme que acaba de venir del urinal y que no se la lavo al salir. P;D. Por supuesto, no tardé en darme cambiar de zapatos por unos botines con mas tacón, la camisa por una mas pequeña de mi talla y la falta por la mas corta que pudiera (luego de mucho pataleo y pleito en casa claro). La niña curiosa descubrió el pene, la masturbación, el orgasmo, ...