El joven de al lado
Fecha: 16/09/2018,
Categorías:
Voyerismo
Infidelidad
Autor: Edwan.sedafaar, Fuente: CuentoRelatos
... y su ropa interior juntos y los bajo dejando al descubierto un enorme sexo hinchado, virgen, deseoso. Separó un poco mis piernas y mientras él sigue besándome como un depravado, tomando por igual mis tetas y mi culo, aprieto su latente extremidad y la colocó lentamente en la entrada de mi vagina. Él, como un perro intentando copular con su hembra, instintivamente comienza un ciego vaivén intentando colarse hasta el fondo. Finalmente lo logra y siento cómo su carne me llena completamente, caliente, apuntó de explotar, y grito, grito como loca. El orgasmo llega como explosión. Me ciega aún con los ojos abiertos y grito más. Mi marido también grita, gime. Ha llegado al orgasmo junto conmigo, y sus últimas embestidas están bajando de ritmo. Los últimos espasmos pasan y cae rendido sobre mi, sudando, sonriendo. Yo estoy viendo el techo aún, pero ahora no hay pantalla blanca, ahora hay luces, una migraña me invade por la intensidad del momento. Estoy rendida, con una agitación notable al respirar. El está sobre mis pechos, me besa el cuello. Te amo, Me vuelve a repetir. Parte 4 [[[ 10 ]]] Una necesidad Esa noche no pude dormir, me sentía demasiado culpable para hacerlo. Todo había llegado demasiado lejos. Sentía que ahora definitivamente le había sido infiel, paradójicamente mientras él me hacía el amor. Sentía que había traicionado su confianza, su bondad. Por eso, esa misma noche me juré que todo iba a terminar. Mire el reloj y marcaban las 5 de la madrugada y termine por tomar ...
... un sueño ligero por fin. Despertamos juntos a eso de las 10 am. Tomamos un café y durante todo ese día no tuve problemas por mantenerme estable. Y aunque en los días siguientes hubo momentos en los que parecía que volvía a evocar malos pensamientos, la verdad es que durante el mes y días que siguieron en los que mi marido estuvo en casa, me las apañé bastante bien. Hicimos cosas que me ayudaron a despejar mi mente, y varias veces más, hicimos el amor. En todas ellas, la cortina blanca pudo triunfar a diferencia de la primera vez. Pero no hay día que no llegue, y el día en que mi marido tenía que volver a salir por unos días llegó. Lo despedí con un sincero beso de amor y cerré la puerta sabiendo que tras de mí, la soledad de mi casa me acechaba como fiera agazapada para volver a invitarme a faltar a la confianza de mi marido. Pero aunque fue difícil, logre contenerme por cerca de una semana. No abrí ni una sola vez mis cortinas y no salí de ninguna forma. Con el mes que había estado mi marido conmigo, más los días que logre estar sin salir después, habían pasado ya 1 mes una semana desde la última vez que mi espía me había besado descaradamente y que fuera la ultima vez que me había visto. Positivamente me dije que quizá el mocoso había perdido interés, que quizás aquel beso y aquella forma en la que me había manoseado, habían sido la cúspide del deseo de aquel muchacho y que, una vez realizado, podía ahora descansar en paz en la oscuridad de su cuarto mientras recordaba aquel ...