1. El joven de al lado


    Fecha: 16/09/2018, Categorías: Voyerismo Infidelidad Autor: Edwan.sedafaar, Fuente: CuentoRelatos

    ... dibujando mi silueta en las cortinas blancas cerradas de la ventana del balcón. Además, claro está, de los martes y viernes de arreglar el jardín. Era esta última la actividad que me estaba fastidiando más. Porque aquí yo no estaba segura de si él me estaba espiando o no. Al principio no tenía duda de que sí lo haría debido a su empeño. Pero conforme fueron pasando los días llegué a dudar que fuera así. ¿Y si él no me miraba ahí? ¿Si él no tenía cómo verme de una manera cómoda? ¿Y si todas las veces en que vestía con unos shorts de mezclilla cortísimos adheridos a mi respingón trasero que terminaban en la naciente de mis glúteos, y con una camisa a cuadros de botones que parecían reventar ante la presión de mis redondos pechos, y me ponía a gatas a trabajar en los Rosales, él no estuviera tras las sombras para deleitarse? Era un pensamiento cansado, pero estaba decidida a no rendirme. Un viernes dio resultado. Estaba vestida tan sexy como ya he dicho y estaba de pie descansando un poco bajo un árbol cuando el mocoso se atrevió a volver a mostrarse ante mí. Llevaba unos shorts deportivos holgados y un jersey blanco. Lucía algo nervioso pero parecía tratar de actuar de lo más normal. Salió botando un balón de Soccer y cuando se puso a mi altura en su lado del patio, miró hacia mí. -Cielos, qué hermosa tarde- dijo sonriéndome y enarcando una ceja. Yo me limité a fruncir el ceño y a poner cara de molesta. No dije nada y me dirigí de nuevo hacia donde había estado trabajando en ...
    ... los rosales. Al llegar ahí me puse de rodillas y pude sentir cómo mis shorts se escondían entre mis nalgas. Pude imaginarme su reacción, así que sonreí donde no pudiera verme hacerlo. Volví a oír botar el balón. Me puse a gatas y empecé escarbar en la tierra con una pequeña pala de mano. Sabía que había desabrochado los primeros 3 botones de mi camisa, por lo que mis pechos salieron de la camisa y rejuntados por un liso sostén color blanco, se bamboleaban cada vez que escarbaba con la pala. Como ya he dicho, llevo el cabello corto a medio cuello y lacio, pero lo tengo algo abundante así que las puntas de mi rubio cabello se metían en mi boca o me cubrían la vista por lo que tenía que levantar el dorso y acomodarlo tras mis orejas de vez en cuando. Estaba pensando en que quien me tenía inmersa en esta locura estaba viéndome en ese instante sin ocultarse de mí. Había salido de entre las sombras quien me tenía pensando tanto en el deseo la última semana. No era mi marido irónicamente, era mi vecino voyerista, un mocoso de escasos 18 años que además de ser algo feo, era la segunda vez que lo veía tan claramente desde que llegó a la casa de al lado. Pero las cosas eran como eran. Y no podía evitar excitarme tanto. Estando pensando en esto no me percaté de que el balón había dejado de escucharse, así que volteé para ver qué ocurría y entonces vi una imagen que aún tengo grabada en mi mente. Ahí estaba el chico con su celular en la mano, aparentemente grabándome o tomándome fotos, con ...
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