Amanda (Luis y el cobertizo)
Fecha: 07/10/2017,
Categorías:
Hetero
Dominación
Autor: ZLAZKO-KAI, Fuente: CuentoRelatos
... comida de coño, y al momento sentí su capullo gordo y caliente restregándose por mi clítoris. Se magreaba la polla entre mis labios vaginales, se pajeaba el cipote apretando con sus manos mi coño, y hundiendo la punta del nabo en el agujero de mi culo. Yo estaba salida como una perra en celo, deseando recibir en mi coño caliente aquella polla, grande, sabrosa, dura… y sin mediar palabra me dio la vuelta y me tumbó en el sofá boca arriba. En ese momento vi los 25 cm de rabo, que gastaba el niñato de mierda, el que me iba a poner el coño en carne viva, y no iba a parar de follarme hasta que se corriera dentro. Me puso el cipote en la cara, lo restregó por mi rostro con fuerza, haciéndome daño al pegarme con él, y con una expresión de malicia en su cara viciosa. Luis: ¡Chupa zorra!… ¡Cómeme la polla!… Hazme una buena mamada puta... que sé, que lo has estado deseando toda la noche. No le has quitado ojo a mi paquete en todo el trayecto... ¡Mama ramera! Me la tragué por completo, hasta tocar sus huevos con mi barbilla, soportando el peso de su pelvis en lo alto de mi cara, y aguantando las embestidas que me daba con el cipote cada vez que movía las caderas, en su peculiar follada de mi boca. Luis: ¡Que gusto cabrona!… como sabía yo, que estabas loca por chuparme la polla, todos los putos días enfocándome, calentándome el nabo, y disfrutando como una mamona, mientras me ponías cachondo. ¡Toma!… ¡Zorra!… "caliéntame ahora... perra”… que te voy a destrozar el coño a pollazos. ...
... Amanda: ¡Sí!… ¡Follame cabronazo! Luis: ¡Cállate pedazo de putón!… Tu a callar, y a follar, como una buena puta… que es lo que eres. El sexo duro es lo que te va, lo que te gusta mamona... que un tío buenísimo como yo, te ponga mirando para cuenca de gusto. Levantó mis piernas hacía arriba en aspas, dejando mi coño totalmente abierto y a su merced. Colocó la polla en la entrada de mi vagina, pegó un buen empujón y me la clavó entera dentro del coño. Di un grito de dolor y al mismo tiempo de placer, me rellenaba con su polla la almeja por completo, notaba el grosor del rabo apretándome las paredes, presionando mi coño en cada embestida salvaje y bestial. La pipa del coño me chorreaba del placer, se agarraba con las manos a mis tetas, apretándomelas, comiéndome a mordiscos los pezones, mientras se violaba mi potorro y saciaba mi hambre de polla de macho. De repente aceleró los pollazos, los movimientos eran cada vez más rápidos y fuertes. El cabronazo se estaba corriendo dentro de mi coño, sentía la leche caliente de sus huevos llenarme la vagina, inundándome a chorros toda la pipa, y juntándose con mi orgasmo de placer. Nos besamos en medio del clímax, juntando nuestras salivas, nuestras lenguas, nuestras babas de gustazo pleno, y gritando del gozo y el placer de aquel polvazo. Cuando terminó de soltar todo el semen en mi vagina, me obligó a limpiarle la polla con mi lengua y a chuparle hasta la última gota de leche, que se le había quedado pegada en el capullo. Yo no estaba ...