La violamos porque se la buscó
Fecha: 13/09/2018,
Categorías:
No Consentido
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... gárgaras con su lechita, y se la volvió a clausurar con más cinta. Ahí el Wily decidió desatarla, ponerle una bombacha tipo de nenita y llevarla al patio. Wily estaba sacado a esa altura. Se la sentó a upa y se la culeó con desprecio mientras Mirko se pajeaba y yo le cogía la conchita con una banana. Hasta que Wily me ordenó: ¡sentate en el cantero y cogetelá guacho! Apenas me senté me la tiró encima como a una bolsa de papas, y yo escabullí mi pija hinchada por entre su bombacha y se la clavé en la concha para darle masa, tanto o más cebado que el Wily, entretanto Mirko le meaba las patas. ¡esa fue la mejor conchita que me cogí, en la que mis huevos descargaron toda la leche que le tenía reservada a sus coqueteos! El Wily le había tirado las anticonceptivas al inodoro, por lo que la idea de que la estuviésemos embarazando me volvió loco. Le pedí que se mee encima, y lo hizo ni bien le enterré dos dedos en el orto, y enseguida Mirko la ató a un árbol. Le sacó un centenar de fotos así como estaba, llena de moretones, con la ...
... bombacha empapada, rapada, con quemaduras y mordidas en toda su piel, con los pezones heridos, con rasguños en el cuello, con la boca encintada y toda sucia por los revolcones que gracias a las arrastradas le regalamos. Pero en especial con toda nuestra leche encima de su cuerpo, o adentro. Nos pusimos a birrear con un porro viajando de mano en mano delante de ella, que parecía inmutable, con la cara destruida pero con la furia intacta en su mirada. Antes de las 12 del mediodía nos tomamos el palo. Mirko a su casa a comer, el Wily a lo de su novia y yo a lo de mi tía. La desaté recién a las 4 de la tarde, antes de que llegue la vieja. ¡no sabés cómo me lo agradeció la guacha! Creo que ese sí fue el mejor pete de mi vida, aunque tenía un olor a pis que cortaba hasta el vuelo de los pájaros. Desde ese día los tres nos garchamos a la caretona de la Romi cuando queremos. Nada nos calienta tanto como llenarla de leche atadita a un árbol, a la cama o a la reja de la ventana de la pieza de mami donde nos entrega el ojete sin nada a cambio. fin