Mi esposa Juanita y su exjefe (V): El trío
Fecha: 12/09/2018,
Categorías:
Infidelidad
Confesiones
Autor: brandonloredo, Fuente: CuentoRelatos
... me dijo –Son todos tuyos. Todos? – son muchos pensé. -Y de repente todos la tenían de fuera, bailando frente a mí, cinco vergas erectas casi del mismo tamaño, pero menos que mi amorcito en turno. Él era el Rey de los vergudos. -Qué hago?, le pregunteo a Beto. -Lo que gustes, chúpaselas, yo estaré aquí cuidándote. Seria por el alcohol, o la escena caliente ante sus ojos que exacerbo sus sentidos y cayo presa del deseo desenfrenado que esta situación le prometía. Y tomo el pene de uno de ellos y le acaricio las bolas, el chico lo disfrutaba, luego se arrodillo y se la empezó a mamar. Los demás se la empezaron a masturbar para mantener la erección, Humberto se acariciaba el paquete, no tardaría en soltar el animal. Luego fueron pasando de uno por uno, para que se las chupara, Juanita los tomaba por las nalgas para acompasar el movimiento, y sentía como su puchita se derretía literalmente. Tanta carne, tan bellos mozos, tanta leche para ella sola. Soy una puta pensó, hoy me gradué, hasta anillo traigo. Humberto se había quitado también la ropa, y su enorme tranca estaba ya palpitante y lista para la acción. Pero solo subía y bajaba su capucha, y se acariciaba los huevotes. Era un voyerista también, pensó Juanita, igual que mi esposo. Ya tengo dos. Uno de ellos la cargo hasta la cama y los demás los siguieron, era evidente lo que pasaría, pensó ella, no sé si podre con tanto orgasmo, pero lo intentare, seré su perra. Cójanme cabrones, insto!! Ellos la desvistieron entre todos, ...
... ella podía sentir el suave perfume de sus cuerpos desnudos, una orgia para ella sola, jaja pensó quien lo diría, si me viera mi esposo. Ya le contare pensó. Al fin quedo sin nada, y ellos la acariciaban toda, ella podía sentir la caricia extraña de tantas manos, tantos dedos sobre su piel, tocando hurgando, besando, tantas agitadas respiraciones, tantos leves gemiditos de placer del que estaba en turno de la mamada. El otro solo miraba. Parada frente a ellos, expuesta toda su belleza toda su voluptuosidad, era como una diosa del sexo, de pronto todos la rodearon y la abrazaron, pudo sentir los cinco cuerpos junto al suyo, sus penes erectos sobre su piel, la sensación multiplicada por cinco. Luego sucedió algo más extraño aun, las sorpresas no acaban aun, Humberto llego donde ella y la abrazo, y le dio un beso suave. Los otros volvieron a hacer lo mismo, ahora los amantes al centro, y los mancebos rodeándolos, acariciándolos tocando, besando hurgando entre los cuerpos de los amantes, ellos le tocaban las nalgas a los dos por igual, bajaban por la piernas, por la espalda, metían su lengua entre el culo de Él, y de ella. Los dos gimiendo por el placer. Los mancebos en lo suyo. Luego se sentaron en una silla, y uno a uno fueron pasando, ella les hacía a cada uno una felación, ellos le pasaban su verga por entre las tetas, una rusa. El otro también se formó. Ella se mordía los labios, y seguía pelando verga. La vulva escurriendo de mecos de ella. De pronto uno de ellos se puso bajo ...