Diario de Chantelle
Fecha: 05/09/2018,
Categorías:
Infidelidad
Sexo en Grupo
Autor: Iría Ferrari, Fuente: CuentoRelatos
... mirada atónita de ellos. Esa imagen excitaba por igual a Miguel que María que no hacía más que mirarla mientras humedecía su entrepierna. Su miembro no era muy largo pero suficientemente grueso como para saber que le esperaba una buena follada. -¡Anda, dale unos besitos tiernos y húmedos María! -suplicaba el señor, señalando su polla. Ella, sin dilación se arrodilló delante de su dueño por aquella noche, la besó, paseó la lengua por toda su extensión, jugueteando con sus manos, mientras acariciaba sus pelotas. - Pajeame despacio, hazlo María. Ella obedecía, sin dejar de mirarle a los ojos, desafiante, controlando cada gesto, cada movimiento, sabía que a los hombres les gustaba aquello aunque nunca hubiera hecho eso con ningún otro hombre más que no fuera su marido Miguel. Sabía que mientras le propinaba una mamada debía estar mirándole. Los besos se hicieron más intensos y húmedos, la boca se le llenaba, con cada chupeteada la saliva se le escurría por la comisura de sus labios. Sentía una agradable sensación de ternura, verlo excitado, brutalmente expresivo, como si estuvieran solos en el mundo, sin saberlo ella había saltado a otra dimensión, otra vida, otra forma de ver la vida, otra forma de disfrutar del placer de la carne, otra forma de gozar y hacerse gozar. Este hecho marcó un antes y un después en su vida, jamás renegó de esta forma de vivir y sentir el sexo, convertirlo en una forma de trabajo placentero en su futuro como escort. En ese momento se dio cuenta que ...
... siempre dentro suyo sintió esa vocación de prostituta, de servir al hombre en todos sus deseos. Aquel hombre había podido transmitirle su calentura, contagiado de modo inusual mientras sacudía su miembro dentro de su boca, sentía como su vagina comenzaba a mojarse muchísimo más. Sin poderse contener por más tiempo, el hombre la levantó por los hombros y con autoridad dijo: -¡Vamos a la cama putita! –mirando al cornudo marido que seguía de pie observado el fogoso espectáculo como si fuera otra gente y no su esposa, siguió: -Llegó el momento Miguel, me voy a follar a tu esposa, nos vemos mañana… Invitando al pobre cornudo a salir del dormitorio y a no poder seguir viendo que más ocurría allí. Por un momento Miguel, temió por la vida de María, pero eso no le detuvo para que sus pasos lo guiarán hacia la puerta para abandonar a su suerte a su mujer. Sentía como que María era la prostituta de aquel hombre, una escort de lujo contratada para aquel servicio y él su proxeneta. El señor, acudía semanalmente a una casa de putas en valencia, para no ser reconocido en aquel pueblucho de mala muerte como el perturbado fetichista de pies y otras parafilias, adicto al sexo ocasional. Casado y habituado al sexo marital en su vida particular, ahora se encontraba trastornado por las voluptuosas formas de aquella mujer casada con otro pero que actuaba ante el sexo como cualquier otra puta de Valencia, a las que era fiel devoto aquel hombre. María afloraba en él los instintos primarios del deseo, y ...