1. Diario de Chantelle


    Fecha: 05/09/2018, Categorías: Infidelidad Sexo en Grupo Autor: Iría Ferrari, Fuente: CuentoRelatos

    ... en alto para no ofender a María. -Bien hecho Miguel, no te arrepentirás. Por mi parte soy un hombre de palabra y puedes volver a trabajar aunque ahora serás un simple trabajador de mantenimiento y no repartirás con el camión. Aquello olía francamente a chamusquina, se notaba aquel hombre había jugado sus cartas a su favor a base de la necesidad de aquella familia para poder resarcir sus deseos carnales con María. Esa misma noche hicieron el amor, era distinto, había un feeling distinto, una sensación de piel que no tenían las otras veces, la situación crítica había conseguido una pasión de intensidad poco usual, seguramente el morbo de la conversación previa tenía mucho que ver en este cambio de actitud a la hora del sexo. Se sentían más unidos como matrimonio. Al día siguiente Miguel regresó con el mismo horario a su nuevo puesto de trabajo, le desanimaba enormemente ser un simple conserje limpia escaleras o vete a saber por qué "vía crucis" tendría que pasar por alto de ahora en adelante. Su orgullo había tocado fondo, la poca dignidad que le quedaba hacía que su semblante cabizbajo paseara por los pasillos de la empresa. Una hipoteca y tres hijos le obligaban a tocar con los pies en el suelo, aunque ello significará ser un cornudo consentido. Su hombría quedaba seriamente lastimada después de aceptar aquel acuerdo. A su vez María no dejaba de darle vueltas al tema en casa, transcurrió su día intentando que todo sucediera con total normalidad, pero se sentía nerviosa y un ...
    ... poco excitada. María sentía el miedo de ser la primera vez que estaría con alguien que no fuera su marido, mantenerse ocupada, no pensar en ello, bañarse y ponerse atractiva, fueron las actividades que ocuparon su mente, pero algo de morbo dentro de ella, se removía en sus entrañas, sobre todo cuando decidió “vestirse” igual que cuando fue a trabajar a la cena de empresa. A eso de las ocho y media escucho como se abría la puerta, todos los días era igual, sólo que esta vez Miguel llegaba acompañado por su jefe, los niños ya dormían hacía un rato y nadie los había visto entrar en el domicilio como para sospechar que aquellos dos hombres habían hecho un pacto de intercambio sexual. Miguel inició un pequeño tour por su casa enseñando todas las estancias a su jefe para terminar en el dormitorio donde este se sentó en los pies de la cama -¡María, te están esperando mi vida! –la voz le sonó con una ternura distinta. Abrió y se asomó, enmarcada en el vano de la puerta del cuarto, ataviada como una diosa del sexo, avanzó unos pasos y el señor se llenó los ojos con tal visión, fue verla y levantarse de su asiento excitado ante esos zapatos de tacón de aguja que revolvían sus instintos más fetichistas, padecía de altocalcifilia, adoraba los pies de cualquier mujer, pero los de aquella hembra lo volvían loco. Agitándose de deseo, los calientes pensamientos golpeaban sus sienes haciendo crecer sus genitales. Miguel seguía pasmado con la visión del morboso cuadro de la lujuria en carne ...
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