¿Quién es?
Fecha: 29/08/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos
... penetrante de Rober me hacían sentir a punto de echar hervir y ya no conseguía disimular aunque de alguna manera, en el subconsciente, trataba de ocultar y reservar eso tan privado. Mi explosión. .-“No sabes cuánto me gustaría poder follarte esas tetas tan bonitas que tienes” sus palabras se volvieron algo más groseras a medida que ambos nos acercábamos al clímax. “A mí también me gustaría. Uhhm, que rico” gemí yo. .-“Seguro que, sin querer, acabaría golpeando tu suave y fantástica boquita” el ritmo de su masturbación era de nuevo frenético. No sé porqué pero al escuchar como Rober mencionaba a mi “boquita” terminó por excitarme de sobremanera, anticipando en la distancia su sabor más íntimo. .-“Síííh, Síííh, Síííh” gemí yo mientras cerraba los ojos concentrada en imaginarme cuanto me decía, corriéndome viva incontroladamente. Al mismo tiempo algunas gotas de Rober salpicaban de nuevo hacia mí a través de la webcam. Cuando me recuperé y abrí los ojos de nuevo tomé conciencia de cuanto había sucedido. Por un momento me sentí avergonzada de mi comportamiento. Segura de que al caer derribada sobre el ordenado había mostrado mi rostro. Aún trataba de recuperar la respiración cuando escuché los pasos de mi marido subiendo por las escaleras. Sarardiente dice: “Lo siento debo dejarte” Escribí veloz al tiempo que apagaba la conexión y desenchufaba el ordenador. La despedida había sido algo brusca dadas las circunstancias, pero no quería que mi marido se enterase de nada. Sólo me ...
... dio el tiempo justo para cubrirme de nuevo con la toalla, y en el instante en el que mi marido aparecía por las escaleras yo simulaba darme crema por las piernas. .-“Pensaba que aún no habías terminado, tengo un sueño que no veas” dijo mi marido haciendo acto de presencia, a la vez que se disponía a comenzar con su ritual de antes de acostarse. Se puso el pijama y se fue al baño a lavarse los dientes, momento en el que rápidamente aproveché para limpiarme un poco mis intimidades con una toallita, estaba completamente pringosa, y ponerme lo primero que pillé tratando de disimular. Me sentía acelerada además de excitada, no perdí el tiempo en rebuscar en mi armario, así que me puse el camisón negro de satén que tenía colgado detrás de la puerta, aquel que dejé olvidar allí tras nuestra última noche de verdadera pasión muchos meses atrás. Ahora que había cogido unos kilitos me venía algo pequeño y apenas me cubría, lo cual le daba incluso un aire más sexy. Además, tras haber sido mamá mis pechos eran mayores y parte de mis tetas se exhibían por los laterales de ambos triangulitos semitransparentes. Aquel camisón sólo me lo ponía cuando de verdad quería provocarlo, y aunque esta no fuera la ocasión ni el momento, como tenía cierto temor a que descubriera mi sexo empapado. Nada más regresar del baño y verme, mi marido dijo: .- “Caray nena, estas espectacular. Hacía tiempo que no te lo ponías. ¿Recuerdas en las vacaciones en Roma?” y mientras decía esto se acercó a mí con una ...