BOB Y YO ……….Segunda Parte…………Por MAPMAKER
Fecha: 13/08/2018,
Categorías:
Zoofilia
Autor: mapmaker, Fuente: RelatosEróticos
BOB Y YO ……….Segunda Parte…………Por MAPMAKER Nada más de estar solos empezaba a olisquearme el culo y a empujarme para que me pusiera en cuatro patas. Su placer comprobado era quedar acoplado a mi culo como si fuera su perra, así que era lo más habitual aparte que me acostumbré a disfrutar de la enorme presión que causaba en mi apretado ano la formidable bola que se le formaba en la base de su verga. Me gustaba sentirme sometido, dominado por su poderoso miembro, enganchado sin poderme zafar. El insaciable placer que me producía los estremecimientos y las convulsiones de su pene al expeler la leche dentro de mí, me hacían venir una y otra vez. Gozaba al poder recibir toda aquella energía y verlo satisfecho de darme tanta verga. En una ocasión lo crucé con una labradora; el dueño se sorprendió con la certeza que tuvo al meterle el pene y la manera posterior de descargarle toda su esperma; la acopló haciéndola chillar y luego permaneció sobre ella descargándole toda su leche, se desmontó quedando acoplados hasta que el pene se le puso flácido y salió de la vagina. Una sola monta y no quiso más; de esa copula salieron posteriormente ocho lindos labradores. Durante el resto de ese día, se mostró ansioso e impaciente. Esa noche en mi habitación me incito a ponerme en cuatro; me empezó a culear con rabia, como si me reprochara hecho de haberlo cruzado con la labradora. Primero, me metio la verga sin la merme el culo; él siempre me lamía el orificio metiéndome la punta de la lengua ...
... para lubricarme, prácticamente me obligó a ponerme en cuatro patas, se subió sobre mí y me lo introdujo de un envión meneándose con un frenetismo nunca visto. Se meneo hasta quedar cansado, luego se volteó tratando de sacar la verga a la fuerza, para hacerme daño, pero yo soporté, apreté mi esfínter lo más que pude impidiendo que el nudo saliera forzado y me desgarrara el ano. Me arrastró hasta que logré arrinconarlo en una esquina, allí cansado, depositó toda su leche en mí interior hasta que se le desmayó la verga; no pude venirme, su actitud me causó temor. No había pasado mucho tiempo cuando empezó a empujarme con el hocico hacia la alfombra nuevamente; yo sumisamente obedecí. Nuevamente montó sobre mi espalda y me penetró sin contemplación, hasta que los testículos impidieron que me penetrara más. A los pocos segundos el nudo llegó a su máximo volumen; se desmonto y empezó a arrastrarme con fuerza por toda la habitación; sentía que mi ano iba a explotar pero lo contraje lo más que pude y no lo dejé salir. El piso de baldosas fuera de la alfombra estaba resbaloso, mojado por los jugos emanados, Bob estaba con la lengua afuera, jadeante, nuevamente se cansó de arrastrarme; dejó que la leche fluyera dentro de mí y que su miembro se relajara hasta abandonar mi orificio. Se tendió a mi lado y yo empecé a acariciarlo. Le sobé la cabeza, el lomo y me fui acercando a su miembro, comencé a sobárselo hasta que sentí que empezaba a reaccionar y saque la punta fuera de su funda, al ...