Aprendiendo de un jovencito
Fecha: 08/08/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... entre mis piernas. Yo estaba algo confusa. Sentía como con sus manos me masajeaba las piernas, luego subía poco a poco y llegaba justo donde comienza el vello de mi coñito, para volver a empezar, ahora por detrás, hasta que con sus manos acariciaba con fuerza mi culo. Luego empezó a recorrer con su lengua mis piernas de abajo a arriba, pero esta vez no volvió, sino que subió lentamente hasta llegar a mi raja, que lamía con especial delicadeza. En este momento yo ya no quería bajarme de la escalera, notaba cómo mi coño se mojaba por dentro y por fuera, porque me puso realmente caliente y cachonda, y seguro que él lo notó también, porque empezó a chuparme el coño con fuerza, metía en él su lengua, y me hacía gozar enormemente cuando lamía mi clítoris. Creo que fue entonces cuando comencé a jadear de gusto, que se fueron transformando en gemidos cada vez más fuertes. El ya no paraba, me chupaba con ansia el coño, el vello que lo rodea, mi ano también fue lubricado con su boca, y su lengua se metía en mis agujeros. Sentía mi sexo enormemente mojado, y también mi culo. Estaba muy excitada, deseando meterme algo duro en el coño que aplacase su ardor. Iba rogarle que me follase, pero entonces me cogió por la cintura, me bajó al suelo y casi en volandas me llevó al salón, dejándome caer en el sofá. En un abrir y cerrar de ojos ya se había desnudado. Tenía una gran verga apuntando hacia arriba, totalmente erecta e hinchada. Se la agarré con mis manos y comencé a masturbarlo, luego a ...
... acariciarle los huevos, y finalmente me la llevé a la boca. Quería tragármela entera. Mientras, él reanudó sus chupadas en mi coño y en mi ano. Yo me moría de gusto con la polla en mi boca y la suya comiéndose mi coño. Creo que él estaba igual. Le escuché decir que estaba deseando metérmela, que quería probar por dentro esa hermosa raja mojada. Aproveché la ocasión para decirle que yo también quería probar su gran verga en mi coño, y que me derretía porque me echase un polvo. Se levantó y yo me acosté en el sofá, pero con mis piernas tan separadas como podía, ofreciéndole todo mi coño abierto. Se acercó y se puso a frotar su polla en mi raja. Yo estaba loca de gusto y le rogaba que me la metiese, que me follase lo más fuerte que pudiera. Hasta que por fin sentí como su caliente verga penetraba en mí, provocándome un intenso placer. Al principio lentamente, como probando mi mojado coño, y luego cada vez más rápido. Acabó empujando lo más fuerte y hondo que podía. Yo le gritaba que me follase más, que la quería entera, y no sé qué cosas más que nunca había dicho. Pero ¡Cómo disfrutaba mi coño!. Creo que nunca había follado con tanta pasión. Luego le escuché decir que quería probar mi culo, que le encantaba y lo volvía loco. Yo nunca había sido desvirgada por detrás, pero a este chico que me estaba dando tanto placer no sabía decirle que no. En cambio, le pedí que lo hiciera. Al igual que antes, al principio fue lentamente, como tanteando mi pequeño agujero. Dolía, pero estaba ...