In vitro 2
Fecha: 03/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: murgis, Fuente: RelatosEróticos
... extraña relación entre los celos y el placer del cornudo. Me tumbé en el sofá y empecé a masturbarme. Cerré los ojos y me imaginé a la puta de mujer cabalgando al cabrón de mi amigo. Me excitaba la idea de estar mirándoles a escondidas mientras follaban. Me excitaba pensar que mi mujer también sabía que la estaba observado. No tardé más de 3 ó 4 minutos en correrme. La semana fue pasando lentamente. El trabajo me envolvía en una pesada monotonía que no dejaba de proporcionarme cierta comodidad, cierto gusto. Intenté no estar ansioso ante la llamada de mi amigo Nacho, aunque rara vez lo conseguí. Finalmente, Marta regresó el viernes de Sevilla. Fui a recogerla por la tarde a la estación. Estaba agotada de la semana y yo no lo estaba menos. Nos fuimos a casa y nos relajamos. Una vez allí, Marta fue directa a la ducha. Yo preparé algo de cena. Cenamos y nos acostamos pronto. Hasta aquel momento no me había dado cuenta de lo vacía que estaba la cama sin ella. Aproveché que estaba adormilada, tumbada a mi lado, y la abracé por la espalda. Podía oler su pelo y notaba el tacto suave de su piel. Me apreté a su cuerpo y sentí su calor. Así nos quedamos dormidos….. LA REFLEXIÓN El sábado nos levantamos a las 11 de la mañana. Ya en el desayuno noté que mi mujer estaba algo inquieta y con cara seria. Decidimos ir a pasear por Madrid, hacía una mañana maravillosa. Fuimos al Retiro. El parque estaba lleno de colorido y gente disfrutando de los espectáculos ambulantes. Nos paramos a ...
... escuchar como dos jóvenes virtuosos interpretaban una pieza de música clásica. Nos abrazamos entre la gente y paladeamos cada nota musical. Marta dijo: -Es increíble lo que echaba de menos Madrid. Y sólo me he ido 5 días. -Lo que es increíble es cuanto te he echado yo de menos a ti. -Gracias cariño. Raúl, ¿sabes que tenemos que hablar verdad? -Lo sé Marta, lo sé…. Comimos en un restaurante cercano y nos fuimos a casa. Hice unos cafés y los llevé al comedor. Marta esperaba pacientemente sentada en el sofá. En la televisión había una telenovela en la cual discutían enérgicamente dos mujeres por el amor de Jorge, un joven atractivo y adinerado dueño de una gran finca con caballos. Bajé el volumen. -Espero que en estos días en Sevilla no te hayas aficionado a las telenovelas –sonreí. -No, era lo que estaba puesto. No le prestaba atención. No seas malo. -Bueno, como bien has dicho, tenemos que hablar Marta. -Sí. No te voy a engañar Raúl, estoy algo inquieta con la idea de tener un hijo de otro hombre, aunque sea tu amigo. Me parece algo depravado, pero por otro lado, mi cuerpo lo desea y lo necesita como el respirar. Siento que esto se nos está yendo de las manos. No sé. -Tranquila, yo estoy igual que tú. Tal vez me precipité al proponérselo. He estado pensando, podemos intentarlo en una clínica privada. Sabes que a mi prima le fue bien. Tenemos unos ahorrillos y podemos…. En ese instante mi mujer me cortó y me replicó seriamente. -No Raúl, no pienso gastarme los cuatro euros que hemos ...