1. Semen blanco, piel negra. Todo el color del sexo


    Fecha: 27/07/2018, Categorías: Sexo con Maduras Infidelidad Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... decidió a tomarla cuando me la presentaron, sobre todo esa textura de la piel negra, tersa que la hacía tan exótica como deseable. Hoy, no era la misma, el estado de confidencia había restado brillo a sus ojos que habían virado del tono verdoso de la alegría al gris de la tristeza, la boca sin lucir la mejor de sus sonrisas. Comprendí que esperaba esa pregunta para dejar fluir las emociones contenidas, compartirlas con un corazón sensible, buscaba un referente, un confidente. Roto el dique, dejó libre sus emociones. Ocultando sus ojos, comenzó diciendo que a cada minuto que pasaba se hacía más y más difícil, lejos del terruño, de sus afectos más íntimos, alejada del novio y extrañando sus atenciones, sobre todo la abstinencia de sexo la tenía bien inquieta. Esta última referencia fue con el pudor propio de confiarse al jefe, sobre todo al hombre. - Fue difícil, hablarlo, pero es que… esta forma de soledad… Apoyé mi mano sobre las suyas, comprendiendo su sentir. Le levanté el mentón para mirarme en sus ojos y expresarle, que estaba con ella. Fue un diálogo sin palabras, que solo el lenguaje de la mirada puede expresar, con toda la elocuencia y comunicación establecida en un instante tan especial. - Gracias. –se levantó para besarme en la mejilla. Tomé de la mano, atraje hacia mí, rodeé su talle, por un momento quedé apretado a su cuerpo, embriagado con ese aroma tan particular que tienes las mujeres de raza negra. Sin decir palabra, la lleve de la mano a un lugar reservado ...
    ... para ocasiones como esta, detrás de mi oficina, amplio sillón, para dormitar alguna siestita. Serví unas copas, bebimos, sentada en mis rodillas. En la segunda vuelta de licor, entramos en la intimidad de las caricias. Se dejaba llevar al terreno del macho cazador, sin mayor resistencia, la carencia de relaciones desde varios meses, se le hacía insoportable. Hora de confiar, dije, que en las necesidades sexuales teníamos coincidencia, mis relaciones sexuales no pasaban por su mejor momento, por el contrario transito una insatisfecha relación marital, mi esposa sin deseo sexual, forzada y por obligación, es natural que cada vez menos en cantidad y calidad. Sin darnos cuenta acercamos cuerpos e insatisfacciones acumuladas. Sin saber cuándo ni cómo se me paró, todo era rápido, urgencia incontrolable. Notándome turbado, convicto y confeso de mis ganas de sexo, me sonreía, como en sus buenos momentos, se acercó, sentí su calor, sobre todo el fuerte aroma de sus feromonas elevan mi estado calenturiento. Nuestras bocas próximas, sin resistencia de su parte, terminaron en un contacto de labios afiebrados, buscando alivio en la humedad del otro. Sorpresivamente fundimos en un beso lleno de intensidad, los ojos cerrados para sentirlo en toda su emoción. Sin voluntad, irrefrenable necesidad de sexo, sin control sobre mis actos, encima de ella, me la cogí desesperado. No se resistió, se dejó como esperando una acción de este tenor, aguantó los embates del miembro rígido necesitado de concha ...