1. LEO, niño de 8 años


    Fecha: 02/10/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... rico, me gustó. Nos seguimos comiendo a besos hasta que ambos comenzamos a jadear de calientes. Me quité la polera y exhibí con descaro mis marcados abdominales (trabajé muy duro en el gimnasio para ocultarlos), Leo me miró y sonrió, diciéndome que estaba rico … y aquello me gustó. Le quité su polerita y la comí las tetillas, el se encogió riéndose por las cosquillas que mi lengua le producían. Finalmente, me paré frente a él y despacio me bajé el pantalón. Mi pene saltó por lo duro que estaba y quedó a cms de la cara del niño, que sonrió nervioso y lo miró sorprendido. _”WOW … es muy grande,… “, susurró mientras lo tomaba tímidamente con ambas manos y lo palpaba con cautela, midiéndolo con su antebrazo. Con sus dedos lo recorrió, lo apretó y empezó a pajearme lento y rico, estrangulando el tronco todo lo que podía con una manito, y con la otra me ordeñaba y arañaba la punta del glande. JAMÁS, en toda mi vida ME HABÍAN PAJEADO así de rico, el niño era todo un putito, sabía como hacer gozar a un hombre… y recién estaba empezando. Cuando me vió gimiendo de placer, abrió su boquita y se tragó todo el glande, sin mucho esfuerzo. Lo chupaba como toda una diosa. Su boquita producía mucha saliva, los dientes inferiores me raspaban el frenillo y el paladar me presionaba el glande, mientras que la gulilla me cosquilleaba la punta. Sus manitos me apretaban el tronco a la vez que me lo masajeaban, ayudados por los hilillos de saliva que brotaban incesantemente de la comisura de sus ...
    ... labios. Verlo así, con la cara roja, el aliento congestionado, los ojos cerrados, tan concentrado y con muchas ganas … fue lo maserotico y morboso del mundo. Cuando s ele cansaba la boca, se lo sacaba buscando un poco de aire, lo lamía desde la base hasta la punta, con los labios bien levantados y la lenguita pegada a mi carne, y encima me preguntaba con voz infantil y perversa: “¿te gusta, papito?; después se abofeteaba la cara con mi dureza y la saliva saltaba con cada golpe, se lo paseaba por la nariz, la frente, el mentón, el cuello, susurrando lo rico que era, lo duro que estaba, lo mucho que le gustaban los hombres y se lo volvía a tragar … me tenía loco. Tras varios minutos no pude aguantar, le tenía que devolver el favor. Lo tiré al suelo, le abrí las piernas y observé su penecito. Era el miembro normal de un niño de su edad, pequeño, delgado, la base blanca, la punta de un color casi púrpura, durísimo, erecto y palpitante, . se me antojó saber que sabor tenía, y se lo chupé tal y como lo había hecho. A él le encantaba aquello, se revolcaba sobre el suelo como una puta caliente, ondulando sus caderas para que su pene se regodeara dentro de mi boca que chupaba con mucha fuerza, imitando todo lo que había hecho…. _”Ahhh …ahhh … ññññhhhh … gha,gha,gha …asi, dale papito, mas rááááápido … ay que rico lo chupas papá … ííííínnnn, me voy a correr, me corrro , me corrroooouuhmmmmnnn”, gimió el niño, y un chorrito de líquido seminal se estrelló contra mi paladar y supe que lo había ...