La diseñadora (II) - Relatos Eróticos

La diseñadora (II)

... volví a meter dos dedos en él y ella los sintió, lo jale hacia mí y pegue mi cara a sus nalgas y saque mi lengua y su culito se estremeció, ella chupo con más fuerza cuando le di un lengüetazo en el mero hoyito, sus manos me masturbaban con rapidez y sentí que volvía a correrme, la tome de la cintura de nuevo y la empuje, me puse de rodillas y a ella boca abajo, su culito mojadito me ofrecía una gran vista, no lo pensé mucho y se la fui metiendo, ella gimió, pero estaba tan mojada que se aguantó a mi embestida y entro en su culito, ella volvió a gemir y comencé a moverme al ritmo y ella se arqueaba, temblaba y yo me corrí, me corrí en su culito, soltó un gritito que apagó en la almohada cuando me corrí, por la comisura de su agujero empezó a rezumar semen caliente, le di unas bombeadas más y se la saqué, ella estaba agotada, su cuerpo se puso blando, la acosté y acerque mi verga a su cara, comencé a masturbarme frente a ella y le acerque el miembro chorreante a su cara, ella solo acerco la boca y lo besó, empezó a escurrir semen por sus labios y ella abrió la boca, comenzó a chuparlo y a dejarlo limpio, comenzó a tragar y sentí que aún tenía un poco para darle, me la jale con fuerza y aún salía hacia su boca, ella succionaba de la punta, sus manos me agarraban los huevos con avidez, se terminó de agotar, se acostó con la cara embarrada en semen y jugos, el cuerpo pegajoso y tembloroso, me acosté a su lado y le bese los pezones y la cara, ella se sonrió y se durmió. Al día ...

... siguiente me levante temprano y ella aún no se despertaba, me puse un bóxer y una bata, vi que tenía su ropa dispuesta un mueble y me la llevé, fui al baño a orinar y lavarme la cara y después a la cocina a buscar que comer, como diez minutos después apareció ella envuelta en una toalla y con el cabello despeinado y con expresión de culpa, otra vez evitando mirarme a la cara, pero ya no importaba, otra vez me acerque a ella, y sin decir nada le quite la toalla, ella se cubrió con las manos pero yo volví a tomarla. -nooo, ya no! Ya no me hagas esto! -gimoteó, pero así desnuda la lleve conmigo hacia la cocina, le ofrecí pan tostado con jalea y jugo de manzana. -preciosa, tienes pena después de todo? Come algo, que has gastado energías! Ella se sonrojo, se sonrojaba con facilidad creo yo, la hice darse vuelta otra vez, le puse mi bata encima y ella se cubrió, se sentó en un banco y comió con ganas, luego la tome de la mano y la lleve de nuevo al cuarto y volvimos a hacerlo otra vez, ella siguió haciéndose la que no quería, pero siempre terminó por ganar el deseo de coger y ese fuego de mujer ardía con ganas, cogimos dos veces más, ya no dejo que se la metiera por el culo por más que traté, pero me hizo unas chupadas grandiosas y siempre se estremecía cuando me corría dentro de ella, al fin ella se levantó y fue a bañarse, al rato fui tras ella y le di un baño como a niña pequeña, la limpie, la masajee y la volví a llevar a la cama, esta vez solo a dormirse conmigo, eran ya las 3 de ...