Vladislav, un nuevo amigo
Fecha: 17/07/2018,
Categorías:
Dominación
Infidelidad
Autor: Craso, Fuente: CuentoRelatos
... sus dedos, porque cuando los sacó y me penetró con su miembro el dolor fue tremendo, me pareció como si se me rompiera el esfínter, sobre todo al principio, con la penetración de su exageradamente grueso glande, tardó unos veinte o treinta segundos en tenerlo completamente dentro de mí; al poco tiempo de estar follándome por el ano dejo de dolerme y comencé a conocer un nuevo placer, el de ser sodomizada, la presión de las dos grandes vergas follándome a la vez era tremenda y no tardé en tener un grandioso orgasmo. Vladislav sacó su pene de mi culo y se lo limpió con unas toallitas húmedas, Mario se levantó y ocupó la posición que había dejado Vladislav pero penetrándome con su poya por la vagina y con sus dedos por el ano, mientras Mario me follaba estando yo en cuclillas Vladislav volvió y me introdujo de nuevo su pene por la boca hasta la garganta, agarrándome tirante el pelo de la cabeza de forma que casi no podía moverla, sólo lo que él me permitía que prácticamente era nada; aunque se había limpiado bien, se notaba el sabor de haberme penetrando por detrás y eso me producía nauseas, me faltaba la respiración ya que casi no sacaba su enorme miembro de mi boca empujando continuamente hasta la garganta, intenté en algunos momentos apartarme, pero él me lo impedía; de vez en cuando me sacaba su verga de la boca para que pudiera coger aire, otras veces me la metía hasta la garganta y riéndose me agarraba de la nariz durante unos instantes impidiéndome respirar y yo sólo ...
... podía hacer algunos pequeños sonidos guturales de desesperación. Mientras ambos me follaban brutalmente hacían comentarios obscenos como por ejemplo: “ves cómo le gusta a la guarrilla que se la follen bien”, “tienes que estar contenta, estás recibiendo lo que el cornudo de su marido no te sabe dar”, “¿estas disfrutando lo tuyo eh, putita?” y más comentarios vejatorios de ese tipo. Casi sin poder respirar, sintiéndome totalmente vejada, humillada y en un estado de excitación tremendo, tuve un segundo orgasmo. Al finalizar mi orgasmo retiraron sus miembros de mis orificios y Mario me ordenó ponerme de rodillas en el suelo frente a ellos. Estando los dos en pie delante mía mostrándome sus formidables vergas Vladislav me ordenó que les fuese lamiendo los testículos mientras ellos se masturbaban, él fue el primero que eyaculó sobre mi cara y al momento también lo hizo Mario depositando casi todo su semen dentro de mi boca y ordenándome que me lo tragara todo. “Mira lo que has dejado caer al suelo”, me dijo Mario, miré y en el suelo habían caídos varias gotas de semen, “límpialo con la lengua y trágatelo”, me ordenó; “ni lo pienses”, le respondí yo; Mario me señaló una fusta de doma que tenía colgada en la pared y me dijo: “¿no me obligarás a usarla?”, de momento comprendí que a Mario no era la equitación lo que precisamente le gustaba, la fusta era para domar mujeres, me sentía tan humillada e impotente que accedí llorando a lamer las gotas de semen que habían caído al suelo. Mario ...