Como cambian las cosas
Fecha: 15/07/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Este relato tiene muchas semejanzas con algunos otros que he leído, quizás la diferencia se que este si es real.Estoy casado desde hace 10 años y mi esposa se llama Lorena. Ella sin ser un monumento, es una mujer que cuando se arregla, llama la atención de cualquier hombre que sepa apreciar un cuerpo verdaderamente hermoso. Después de los dos partos en los que trajo al mundo a mis dos queridos hijos, se ha mantenido en forma con muchos sacrificios y con la ayuda de una cirugía en el abdomen. Nuestra relación ha sido muy buena, aunque hemos tenido los altibajos normales de pareja. Las principales dificultades las tuvimos por problemas de celos míos que llegaron a ser prácticamente enfermizos. Esta situación, se volvió tan intolerable, que fue necesario prometerle a Lorena que me atendería profesionalmente. Las sesiones con mi psicóloga, realmente me ayudaron bastante, a tal grado que mis celos se transformaron poco a poco en un nuevo e inexplicable deseo de compartir a mi mujer. Es algo misterioso pero real. Creo que la inteligencia del ser humano es tan complicada que la verdad, ocuparíamos mucho espacio para tratar de entender lo que me sucedió, pero de lo que si estoy seguro es de que no soy ni el primero ni el ultimo en experimentar este tipo de sentimientos y deseos. El caso es que al darme cuenta de lo que me sucedía, pensé que no seria muy adecuado comentarlo con Lorena, ya que conociéndola, seguramente pensaría que me estoy volviendo loco. Realmente los únicos ...
... cambios que ella experimento en mi de inmediato, fue que ya no le hacia escenas de celos y que le renové su guardarropa. Le compre sobre todo, faldas cortas, vestidos escotados y entallados, bikinis y lencería muy sexy. Después de leer las historias que mandan a esta pagina, me siento obligado a contar lo que hace unas semanas me sucedió. Resulta que estando en Vallarta, festejando nuestro aniversario de bodas, tomábamos el sol en la playa cuando vi que en los asoleaderos de al lado, estaba Javier, un amigo al que hacía mucho tiempo no veía y que por cierto, para Lorena siempre fue una persona non grata. Decía que no le gustaba como la miraba y que era muy confianzudo. No estaba seguro de que fuera el ya que cuando lo deje de ver estaba muy esbelto. Dude tanto que le pregunte a Lorena si era el. Cuando se lo señale vi claramente como casi se le caía la baba, y es que ahora lucia un cuerpo sumamente musculoso y perfectamente bronceado. Se quedó callada un momento con la misma incredulidad que yo y después de tragar saliva me dijo que si era el. Le dije que en un momento regresaba, que lo iba a saludar. Le di un fuerte abrazo y lo felicite por su nueva imagen. Platicamos un momento, me dijo que estaban hospedados ahí mismo y que venían con una pareja de amigos de ellos y que su esposa Martha estaba en ese momento con ellos en el restaurante del hotel. Lo invite a tomar una cerveza en los asolederos donde estaba mi esposa y acepto. Cuando Lorena lo saludo pude ver como lo miraba de ...