Por histérico y maricón
Fecha: 12/07/2018,
Categorías:
No Consentido
Autor: diosapuerca, Fuente: CuentoRelatos
Había llegado el Javi a sus 18 añitos, pero creo que desde más de media docena de años antes, ya rompía femeninos corazones con aquél su encanto como otorgado por todos los demonios. Mujeres hechas, grandes, serias, madres de familia y toda la pléyade de maestras y profesoras cuando llegó al secundario, descarrilaron en sus verticales seriedades cuando sucumbieron ante aquella rara fuerza seductora que aquel muchacho tenía. Ni que hablar, todo el enjambre de niñas y jovencitas, que acompañaban su edad y conocidas eran, del entorno donde él se movía. Pero una característica lo diferenciaba, del resto de los seductores ejemplares machos: Despreciaba con frontales desaires, a cuanta fémina se le pusiese delante. ¿Puto? No, no era puto. Tenía una masculinidad bien marcada no sólo en su cuerpo sino además en su carácter, y esa masculinidad, la aderezaba con aquélla su manera de mostrarse indiferente y por demás parco, a cuanta demostración de amor y deseo, las mujeres a raudales día tras día le demostraban. Era, un verdadero témpano de hielo, que paradójicamente incendiaba a las mujeres, con el fuego atroz de su masculina hermosura. María Gladys, una hermosísima y audaz muchacha del barrio y también compañera desde la escuela y ahora en la secundaria de Javi, había decidido acosarlo de manera insólitamente desvergonzada, y habiéndonos ella asegurado "que iría a violarlo le gustase a él o no le gustase", había en todas las chicas del entorno generado, aquella expectativa por ...
... atender cómo iría a desarrollarse la cosa, para que María Gladys aquello lograra. Obviamente, tal asunto, llegó al conocimiento del muchacho. Entonces, una tensión por demás candente, comenzó a generarse. Javi hervía en indignación y miraba a María Gladys con verdadera furia, pero ésta manejaba la situación con su característico desparpajo y humor, y se burlaba permanentemente de él y lo vivía acosando de cuanta manera acosarlo podía. María Gladys era una muchacha verdaderamente exuberante y hermosa, además de muy fuerte físicamente, y dada a los deportes y ejercicios físicos. Javi, también un chico fuerte y viril, exhibía una salud y vitalidad, verdaderamente admirable. Y de una al principio leve y estudiada manera de comenzar María Gladys a acosarlo, fue rápidamente y de manera aceleradamente creciente, a actuar en el acose de maneras cada vez más audazmente directas, hasta llegar rápidamente a los hechos de manosearlo y buscar cada vez con más frecuencias y audacias, los contactos físicos atrapándolo y manoseándole los genitales. Javi, que no quería entrar en los hechos de la agresión física hacia ella más por temor verdadero a la fuerza y brutalidad conocida en ella más que por respeto, ya no sabía cómo hacer para eludirla y evitar aquello. Todas las demás chicas, seguíamos aquel acontecer, con avidez gozosa. Hasta que una tarde, tarde de copiosa lluvia en la cual al colegio faltan casi siempre todos los profesores, allá en un salón donde el relajo era imperante entre el ...