El joven que me enseñó a amar a otro hombre
Fecha: 30/09/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... nunca olvidaré ese olor a hombre de esa primera vez, con un pene ajeno en mi mano. Al cabo de unos minutos la tenía dentro de mi boca y me gustaba, no me daba asco ni nada, y cierto que él estaba muy limpio, aquella verga tan grande y venosa sabía a jabón y loción de hombre! Así, así que rico, que rico, sigue. ahhhhhhh, gemía Manuel una y otra vez, mientras su mano se metía por dentro de mis calzoncillos, explorando entre mis nalgas, mi inexplorado orificio ana. En mi excitación no me di cuenta que me había bajado bastante mi pantalones cortos, que por ser de elástico, bajaron fácilmente. Se mojó el dedo con saliva y con el dedo humedecido hacía círculos en mi hoyo, que me hacían gemir de placer y gusto, y no tardó en dilatarme y entrar todo su dedo en mi culo, yo lo contraía por que me dolía, y Manuel me pedía que me relajara. Me desvistió completo y él hizo lo propio. Quedé maravillado y embelesado de contemplar, aquel adonis desnudo, realmente era perfecto, hermoso, hasta entonces no me había fijado bien, en sus enormes bolas y la cabellera que adornaba el nacimiento de aquel enorme pene. Me puso en cuatro y comenzó a besar mis nalgas, a apretarlas a la vez que me las elogiaba, diciendo que tenía un culo precioso, maravilloso, y que de ese día en adelante era solo de él. Yo gemía por las cosquillas que sentía, cuando de pronto me abrió bien las nalgas y su lengua luchaba por penetrar mi apenas dilatado ano. Gemí y por instinto comenzé a moverme circularmente, echando ...
... más para atrás, restregándole mi culo en su cara: Manuel se dió cuenta, que ya yo estaba listo para entregarme a él! Me trató muy dulcemente y me fue enterrando la cabeza, su precum y la saliva, lo ayudaban a resbalar yo trataba de relajarme como él me pedía, pero el miedo y el dolor me ganaba. Así seguimos en intentos fallidos y descansos, para yo relajarme y respirar, etc. hasta que en una se me fue la misma mitad de aquel enorme mástil, lo dejo ahí quieto y me decía: Respira hondo papito, que ya te clavé! Al cabo de un rato empezó el mete y saca, y el dolor se desapareció, excepto cuando en su euforia por penetrarme, me la metía muy duro y me dolía mucho. En cuatro, de lado y al final con las piernas sobre sus hombros me la estuvo metiendo y sacando mucho tiempo, para mi una eternidad, me dolía pero no quería que se acabara aquello tan rico, que descubrí aquella tarde, el sexo! Él me besaba, me mordía suavemente, me tenía en el mismo paraíso. ya yo era todito de él! De un momento a otro me la metía bien fuerte, y ya no me dolía solo gemía, gemía: Ayyyyy, ayyyyyy, Manuel, ayyyyyy. y cuando gritó que se venía, sentí como toda la fuerza de su cuerpo en el mio, se había venido en leche, semen de un macho ardiente, dentro de mi desflorado ano. Hablamos mucho luego, tirados bajo el árbol de promesas, juramentos, su miedo de que mi hermano lo supiera o alguien, por que yo era menor. La cosa es que cargó baterías en ese largo descanso y me volvió a coger, ya yo era fuego, ansias, ...