1. Una amiga de mi esposa


    Fecha: 05/07/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Flea Ruvalcaba, Fuente: CuentoRelatos

    —¿Puedo confesarte algo? —Dime, ¿Qué es lo que tienes que confesarme? —En realidad, todo este tiempo que llevamos platicando juntos me han surgido las ganas de conocer el sabor de tus labios. —¿Y por qué dices eso, o cómo fue que te diste cuenta? —No lo sé, solamente comencé a notar que mi mirada hacia ti ha ido cambiando a tal grado de comenzarte a ver con deseo. —¿Por qué no me lo habías dicho antes? —No me atrevía a decírtelo pero el día de hoy ya lo hice. Así finalizó aquella conversación en el mensajero del celular, no sabía si lo que había dicho en esos mensajes era lo correcto o una vez más era uno de mis actos precipitados o impulsivos. Pasaron varios días y aquella mujer que era amiga de mi esposa no me había vuelto a escribir ningún mensaje; yo entendí que tal vez era debido a lo mismo que había dicho en aquella ocasión; pero ¿quién podía detenerse a no decir esas palabras?; ella era una mujer frondosa, de caderas exuberantes, unos labios carnosos y sensuales, su piel invitaba a querer robarle una caricia. Un día salí a realizar los pagos de los servicios de la casa cuando me la encontré en los portales de la ciudad, no pudimos evitar saludarnos ya que era más que obvio nuestro encuentro frente a frente; nos saludamos e intercambiamos algunas palabras para hacer algo de plática; ella iba vestida con unos jeans entallados que era inevitable no ver lo bien que se veía con ellos, su blusa algo holgada por el calor que se sentía del ambiente y el cabello recogido ...
    ... dejando al descubierto sus oídos, esas gafas que llevaba puestas le quedaban muy bien y hacia que mi mente se mal viajara. Le hice el comentario de porqué ya no me había escrito desde aquella ocasión, que me hubiese gustado seguir leyendo lo que opinaba al respecto; no imaginé que en ese momento me fuera a responder que ella también deseaba estar conmigo pero por respeto a mi matrimonio se mantenía al margen. —¿En este momento no tienes ganas de hacer algo prohibido? —De querer hacerlo si tengo ganas pero depende de ti si también quieres hacerlo; además ahorita creo que estás ocupado o vas a algún lugar con prisa. —Si quieres puedo hacer a un lado eso y escaparme contigo, ¿Te parece? —No sé qué estamos haciendo aquí entonces… Caminamos en dirección a mi Volkswagen que había dejado estacionado cerca del banco para escaparnos a un lugar más íntimo y privado; las ganas de estar con ella hicieron que me olvidara de todo, no tenía idea si existiría alguna repercusión, si tendría problemas o cualquier cosa, en ese momento perdí los estribos por poseer a tan bella mujer, era tal vez mi única oportunidad que iba a tener y no lo pensé dos veces. Llegamos al motel y pedí una de las habitaciones del fondo que son las que mejor están acondicionadas, subimos al cuarto, mandé pedir unas bebidas para poder relajarnos y tener un momento agradable; mientras llegaban las bebidas ella pidió pasar al baño para poderse arreglar un poco, llegaron nuestros tragos y fue ahí cuando ella salió del tocador; ...
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