Mi esposo estaba de viaje -2
Fecha: 01/07/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: sandra garcia, Fuente: CuentoRelatos
Todo me daba vueltas, me sentía una robot, cuando me di cuenta estaba sentada en la parte delantera de una 4x4, mi prima debía pasarla bien pues escuchaba su risa y la de José en el asiento de atrás. Paco estaba manejando, entonces me hablaba pero no entendía lo que me decía, de mi boca solo salía un gemido de afirmación, fue en ese momento que sentí su mano caliente que frotaba mi pierna y llegaba hasta tocar mi tanguita, miraba pero no reaccionaba. -Que ricas piernas, que rico cuerpito Sandrita, ya llegamos, ya llegamos. El carro se estaciono en un jardín de una casota, no sabía dónde estábamos, Luz y José bajaron primero y entraron a la casa, dejando la puerta abierta, Paco me llevo de la mano, pero en la entrada de la casa mi cuerpo se detuvo, era lo poco que me quedaba de ser una esposa fiel y decente, el voltio sorprendido, yo lo mire a los ojos y le dije: -Paco, no me conoces, quiero que sepas que soy una mujer ca... No me dejó terminar y me levanto con sus dos brazotes como si fuera una muñeca, me llevo adentro y con un pie cerró la puerta, me bajo y me arrecosto contra una pared, me comenzó a besar como loco, su lengua se metió en mi boca, sus manos bajaron de un tirón las tiritas de mi vestido para luego bajar el cierre posterior, el vestido se deslizo de mi cuerpo dejándome solo con mi tanguita. -Sandrita, ahora te estoy conociendo, no eres una mujer eres una diosa, El seguía besándome como un loco, mientras una de sus manos iba bajando mi tanguita, para ...
... rápidamente introducir un dedo en mi conchita, me sobresalte al sentir esa carne dentro de mí, el comenzó a moverlo circularmente ,lentamente al principio, para luego moverlo más rápido, entonces sentí como entraba un segundo dedo, esta vez no tuvo dificultad, me sentía perdida, mi mente me decía que debía salir corriendo de allí antes que fuera demasiado tarde, pero mi cuerpo no me obedecía, no se movía, o más bien me horroricé cuando me percate que mi cuerpo se movía al ritmo de los dedos, que se deslizaban fácilmente en mí, pues estaba totalmente mojadita, tenía que morderme los labios para no gemir de placer. -Que rica conchita, Sandrita, estas mojadita, ahora si estas lista ah ah. Entonces me levanto, y me recostó en la alfombra, él se quitó la ropa en un santiamén, no pude evitar impresionarme, tenía un cuerpo fornido y peludo, pero ni decirles que lo que me dejo con la boca abierta y con miedo fue la pieza de carne que tenía entre las piernas, no podía evitar comparar, era más grande y el doble de gruesa que la de mi esposo, agarrándosela se agacho y me separo las piernas... y yo no hice nada para evitarlo. -No seas malo, paco, déjame ir, no la metas, soy una mujer casaaaaa... No pude hablar más, cuando sentí como ese cilindro de carne caliente entraba en mí, el miedo se me fue cuando sentí que para mi asombro, mi conchita con lo mojada que estaba, se la estaba comiendo toditita, sentí que llego al fondo, todo estaba perdido, sentí su cuerpo peludo encima mío, y comenzó a ...