Los amantes de Ana (Parte 3)
Fecha: 30/06/2018,
Categorías:
Dominación
Infidelidad
Autor: Craso, Fuente: CuentoRelatos
Pasaron unos diez días desde nuestro último encuentro hasta que Mario me llamó, me dijo que para el siguiente sábado por la tarde tenía que deshacerme de mi esposo, que me tenía preparado un encuentro muy excitante, yo le contesté que sería difícil darle largas a Fabián y que me daba miedo lo que él entendía por excitante, él me respondió que no haríamos nada muy distinto de lo que habíamos hecho hasta entonces. Logré deshacerme de mi esposo con suma facilidad gracias a la cooperación de Isabel, le dije que saldría con ella y él ni rechistó, al contrario, me dijo que aprovecharía para quedar con algunos amigos con los que no salía desde hacía tiempo. El sábado después de dejar a mi hijo con sus abuelos me fui a casa de Mario, cuando llegué salió a la puerta a recibirme y me dijo que íbamos a jugar a un juego muy excitante y que para ello debía cubrirme los ojos, me ofreció una especie de pasamontañas que me cubría casi toda la cabeza, solo dejaba a la vista desde los orificios de la nariz hasta la barbilla, esa capucha no me permitía ver absolutamente nada y eso me intranquilizó, pero Mario me comentó que era parte del juego y que no me arrepentiría. Al entrar en el salón de la mano de Mario, sentí la presencia de más personas, estaba segura que al menos serían dos o tres además de Mario, les oía murmullar. Me agarré fuertemente del brazo de Mario y le pregunté al oído por quiénes eran los que estaban allí, me contestó que en total eran seis con él y con Vladislav, me ...
... susurró al oído que no me quitase la capucha de la cabeza en ningún momento, que además de ser parte del juego se estaba grabando todo, “así mantendrás oculto quien eres”. Yo permanecía agarrada fuertemente a su brazo, me acerqué a su oído y le pregunté en voz baja porqué había traído a tantos hombres, le dije que estaba muerta de miedo y que me quería marchar; Mario me contestó que ya no había marcha atrás. ¿Sabes lo que es un Gang bang?, me preguntó. Algo he oído, le contesté, me parece que es una orgía en la que varios hombres se follan sin parar a una mujer. Eso es exactamente, me respondió Mario; con seis tíos follándome puedo acabar hecha polvo, le dije medio llorando. Mario me dijo riéndose: “las poyas más grandes ya las has probado”, ahora solo tienes que comportarte como una buena putita y obedecer lo que te mandemos, y lo primero que tienes que hacer es desnudarte aquí en medio para que todos admiremos lo buena que estás”. Me entraron ganas de salir corriendo, estaba asustadísima, pero me quedé sin reaccionar, temblando y llorando por lo que se me venía encima. La situación era humillante: quitándome la ropa a ciegas delante de seis hombres que no paraban de hacer comentarios obscenos sobre mí, refiriéndoseme como la puta, la guarrilla u otros calificativos despectivos. Yo comencé a llorar con mayor fuerza, temblándome los labios, noté que las lágrimas me traspasaban la capucha; uno de ellos se dio cuenta y comenzó a decir riéndose: “mirad como llora la guarrilla, se está ...