El inicio
Fecha: 26/06/2018,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... de ello, y en los giros que ellos daban, pude apreciar que el garrote del caballo se hacía cada vez más grande y se notaba cada vez más duro, y que la cucha de la yegua, se abría y cerraba como respirando y se veía cada vez más mojada. Yo comence a sentir una extraña sensación entre mis piernas, lo que hizo que me comenzara a acariciar mi conchita virgen, en la cual los abundantes pelos que tenía ya apesar de mi corta edad, los encontraba pegoteados, producto de los líquidos que emanaban de mi conchita, el perro, por su parte, me comenzó a dar lengüetazos, primero en mi cara, luego, por mis brazos, y cuando yo comence a toqueterme, comencé a sentirlos en mis muslos. Los caballos seguían en sus caricias cada vez más violentas, hasta que en un momento dado, el potrillo se sube sobre mi yegua y veo que apunta esa terrible barra de carne a la concha de mi yegua, pero sin lograr aún meterlo, haciendo los movimientos, que luego supe, clásicos, esto me producía una mayor sensación, ya totalmente agradable, entre mis piernas, acariciandomé en forma totalmente descarada, sintiendo toda la humedad que de mi conchita fluía, cuando de repente siento que la lengua de mi perro se estaciona justo en el lugar que yo tenía mi mano, esto me asusto un tanto, al extremo que retiré rapidamente mi mano, sin saber porque, y el resultado fue maravilloso, comencé a sentir la lengua del perro por sobre mi bombacha en mi cosita, y esto me llevó a un estado totalmente descontrolado que hizo que en forma ...
... automática, sin pensarlo, me sacase mi bombacha, a lo que el perro comenzo gozoso a lamer totalmente mi rayita, llevandome a un estado total de placer. A todo esto, dejo que el perro siga lamiéndome, y miro a los caballos, los que ya a esta altura, el caballo continuaba con intentos de montase sobre la yegua, hasta que en un momento dado, veo que el trozo de carne del caballo roza la concha de la yegua, esta retrocede a los efectos de ayudar la penetración, y esto provoca un nuevo yerre del padrillo, quien vuelve a intentarlo y veo que esta vez si logra su cometido, la barra de carne comienza, suavemente a deslizarse dentro de mi yegua, la cual lo recibe gustosa. Cuando esto ocurre, siento que el perro a dejado de lamerme tan bien como venía haciéndolo, y noto que sus patas delanteras se encuentran tomándome de la cintura -recuerden que yo me encontraba en el piso boca abajo- y en ese momento presentí que el perro quería hacer con migo lo mismo que el padrillo con la yegua, pero no llegaba dada mi postura, por lo que levanté suavemente mi cola, y esto favoreció para que sintiera algo duro rozando mi rayita, lo que me provocó mayor exitación, moviéndome nuevamente de manera tal que luego sentí que eso duro estaba en la puerta de mi concha, pero esto duró muy poco tiempo ya que de un golpe, el perro me enterró toda su herramienta hasta el fondo. Pegué un grito de dolor, ya que me había desvirgado, pero luego de ese dolor, sobrevino en forma abrupta el placer, y que placer, ver ...