A LA PRIMA POLITICA TAMBIÉN SE LE ARRIMA
Fecha: 25/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... un hermoso par de nalgas… ¡Lo que pensaría Sergio, si pudiera ver cómo estaba cogiendo con su mujer y ahí mismo, en su recamara! Me consideraba afortunado por tener ahí a una mujer tan linda y sexy, y aunque se trataba de la prima de mi mujer, por ahí se dice que en tiempo de guerra cualquier hoyo es una trinchera, y de verdad ella tenía un “hoyo” muy deseable. No quería venirme rápidamente así que la tomé de la mano y la hice acostarse a mi lado, y comenzamos a besarnos muy rico, y al sentir su panocha velluda y empapada de sus jugos vaginales pensé que de verdad estaba caliente y con ganas de coger y me pregunté qué hubiera pasado si no me ve o nos cruzamos en nuestro camino esa tarde noche… pienso yo que cuando una mujer tiene ganas de coger no se anda con remilgos sino que deja salir a sus instintos y así lo estaba haciendo en ese momento mi prima política. Me hinqué para besarle sus senos y succionarle los pezones, y me di cuenta que, al igual que ocurría con mi mujer, ella era capaz de venirse solamente con estimular sus senos. No le había tocado casi la panocha y sin embargo tuvo un par de orgasmos que, como médico, estaba seguro que no podía haber fingido. Me acomodé entonces para hacerle el sexo oral, hincado frente a su linda panocha, y como estaba la luz prendida créanme que el espectáculo era hermoso de verdad, y puse una almohada debajo de sus nalgas, y su rostro, enmarcado en su hermoso cabello rizado, se veía excitadísimo, ruborizado, y me acordé de un maestro ...
... de la Facultad que describía con detalle los cambios que la mujer tiene cuando está excitada… ¡Y qué razón tenia aquel médico! Su panocha tenia ese sabor tan especial de cuando la mujer tiene un orgasmo, algo alcalino, y un aroma sexual absoluto se desprendía de aquella hermosa mujer. Incluso, pienso que el olor a sudor de una mujer sexualmente excitada es delicioso y Carmen estaba gozando del sexo en ese momento. Me acomodé para besarla en la boca y ella colocó la punta de mi verga en su panocha, al mismo tiempo que decía con voz ronca: -Humm, coges muy rico mi amor… anda, métemela ya, quiero sentirla adentro de mi… quiero sentir tu lechita en mi panocha, mi amor –pero yo tengo por costumbre ser cuidadoso y siempre procurar que la mujer se satisfaga lo mas posible, y como yo, al venirme, tardo como una hora en estar de nuevo listo para otro palito, debía dejarla satisfecha, así que succioné sus pezones y luego besé su cuello y en la orejita le dije: -Espera, cielo… quiero que goces al máximo… tienes una panocha muy rica… tus jugos saben riquísimos… - y solo puse la punta de mi verga en la entradita para que mi verga tocara apenas su clítoris, y alzándole las piernas comencé a besarle los pies, unos pies lindos, aunque no como los de mi mujer, que son los que mas me agradan, se los confieso. Movía mi cadera lentamente para que la punta siguiera tocando el clítoris y ella movía sus nalgas buscando el roce adecuado. Luego la cabecita se hizo espacio entre los labios vaginales y ...