1. La compra


    Fecha: 10/06/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... capullo rosado y brillante mirándome insolentemente, lo rozaba con la lengua mientras mis labios lo apretaban suavemente dándole un masaje placentero. En pocos segundo la tenía en lo más profundo de mi garganta, de manera que con la lengua podía chupar todo lo largo y ancho de su polla, él me agarraba del pelo y ayudaba a mover mi cabeza para poder comerme mejor aquel manjar, me saqué la estaca de mi boca y soltó un chorro de leche caliente y dulce que impregnó toda mi cara.Sin perder ni un minuto de nuestro precioso tiempo, se agachó y colocó su cara ante mi coño, ya húmedo y a punto de caramelo, me bajó las bragas de un tirón y con los dedos me abrió los labios para así introducir su lengua y lamer mi clítoris, de manera casi salvaje, lo chupaba y lo succionaba a la par que me metía sus dedos por el culo, mmm que gusto me estaba dando aquel niñato, yo me agarraba las tetas y me las sobaba, me las apretaba y estiraba mis pezones como si me los quisiera arrancar, en un respingo de placer saboreó mi chocho hasta la saciedad.Se levantó y me dio la vuelta, de manera que quedé a inclinada y apoyada sobre los codos en ...
    ... una de las cajas de madera que allí había, me abrió el culo y lo lamió como lo había hecho antes con mi coño, cogió su nabo con las manos y lo introdujo en mi culo, suave y despacio, hasta el fondo en un mete y saca que me hacía agonizar de placer, le pedí que me follara también por el coño y así lo hizo, sacó su estaca de mi ano y la metió en mi chochito mojado, este se la tragó como si de una barra de chocolate se tratara, me folló con la fuerza de un toro hasta soltar la última gota de leche dentro de mi. Cuando sacó su polla, el líquido me chorreaba piernas abajo, se agachó y con la mano lo restregaba por mis muslos hacia arriba para untar mi suave coñito rasurado. Después de componernos y limpiarnos un poco, salimos del almacén, me ofreció un paquete de arroz de una marca que no había visto en mi vida, pero ya me valía, pagué y me acerqué a mi marido para tomar aquel café, ya frío. El me preguntó: -Dónde has estado tanto tiempo?-Es que el chico ha ido a almacén a buscar a ver si había y al final lo ha encontrado, pero se ha tirado un buen rato.-Bueno, te pido otro café?-Si, lo necesito. Y le besé dulcemente. 
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