A VECES LOS SUEÑOS SE VUELVEN REALIDAD, LO MALO ES SOLO UN OBSERVADOR
Fecha: 04/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: rafles69, Fuente: SexoSinTabues
... trasero. Le incomodaba un poco el delgado bigotito de Luis pero el placer del momento era mayor. Mientras tanto, Lola seguía mamándole la verga. Luis separo su rostro de Rossy quién quedó atónita ante el rechazo del macho. Él acercó su boca al oído de ella, con sus labios le quitó hábilmente el arete y lo lanzó al piso y con melosa voz le dijo; -¿quieres saber cómo coge un “ponchado” de pene pequeño?- Rossy y su bravío pirata entraron al reducido baño de la sala mientras Lola se quedaba con las ganas de seguir comiendo hombre. – ¡Por lo menos déjenme ver! – gritó Lola cuando ellos cerraron quedamente la puerta. No se escuchó que le pusieran el seguro. Lola se bajó el pantalón negro hasta las rodillas y su mano diestra comenzó a juguetear con su dilatada raja rosita, acariciando con delicadeza un clítoris más grande de lo normal. Había puesto su bata blanca cubriendo el sillón, no fuera a ser que dejara huella de su pecado. El dedo medio de su mano derecha la penetraba expertamente. Lola se imaginaba estar cogiendo con Pedro Luis. ¡Que rico era ese momento! El mundo podía detenerse allí no importaba que todo lo demás se fuera al demonio. Luis puso a Rossy de espaldas, recargada sobre el lavabo y de frente al espejo. Era una mujer preciosa. No esa belleza de telenovelas, ¡era una belleza real!, de nuestro pueblo mexicano. Un rostro apacible, altivo, perfecto dentro del concepto de belleza de mujer morena de nuestra raza. Metió sus manos entre su blusa y sacó un rico par de ...
... pequeñas tetas duras. Su brasiere que por cierto le quedaba flojo cedió fácilmente. Masajeaba esas lindas gemas frías a la vez que su boca recorría el largo cuello de Rossy. Su lengua lamía y relamía su piel salada, tal como lo hubiera hecho Lola con su pene hacía un rato. Las manos de Luis bajaron por el abdomen den Rossy como si fueran dos autos deportivos recorriendo una amplia carretera en una pradera recién regada por la lluvia. Rossy ya había desabrochado su ceñido pantalón de mezclilla que cayó al suelo formando una pirámide azul. Un apretado bóxer blanco casi transparente cubría el culo de Rossy que de inmediato quedó al descubierto. Rossy misma se lo había quitado ya que Luis no pudo por su nerviosismo. El culo de Rossy era el mejor que había alguna vez visto Luis, ya fuese en persona, en película o en revista. Era grande, fabuloso y bien formado, ovalado en los costados y en forma de corazón visto desde atrás. Era una mujer caderona aunque contradictoriamente muy delgada. Un olor a coco y canela salía del cuerpo de Rossy. Luis no paró de acariciar, tocar y retocar las nalgas de Rossy. – ¡Mételo, yai!- musitaba Rossy con voz apenas audible: - ¡Cojeme, yaaaa! – Por favooor. Luis le abrió las piernas como hacen los policías a los malandros utilizando sus rodillas para abrir un poco más y acomodó su bultosa verga entre las nalgas de Rossy. Como una reptante oruga le verga encontró su camino hasta la ardiente panocha de la damisela. En ese momento Lola abrió la puerta del ...