1. Mi hermano me llamo de la cárcel, lo iban a matar


    Fecha: 17/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: sandra garcia, Fuente: CuentoRelatos

    ... sobre mi mejilla, yo solo pude balbucear. - doctor no siga, que esto es pecado, estoy casada -puse mis brazos delante de él y lo separe de mí, el me miro extrañado. - Julia nadie tiene que saberlo, será nuestro secreto, además te pregunto, no es más pecado dejar morir a tu hermano, cuando puedes hacer algo por salvarlo, tanto a él como a mí? -mis brazos aflojaron, me quede en blanco, no dejaba de tener razón, es sin más lo tomo como un consentimiento y sin más comenzó a desabrochar los botones de mi blusa, en lo que salía de mi asombro ya la blusa estaba totalmente abierta y dejaba ver el brassier negro que solo parcialmente podía cubrir mis grandes senos, me sentía paralizada -puta madre, Julia que ricas tetasas tienes -no me podía mover, al escuchar esas palabras groseras que describían mi cuerpo, él se emocionó tanto que paso sus manos por detrás de mi blusa y me dio un abrazo, a mí me pareció al inicio que era un abrazo inocente de un hombre viejo, tarde fue cuando, sentí un tirón y vi como salía mi brassier y me quedaba con las tetas al aire, el sabido había aprovechado para al abrazarme aprovechar para desabrocha los ...
    ... broches del brassier, antes que reaccionara, ya está su cara, su boca chupando mis pezones, y con sus manos peludas apretando mis senos -hum hum que ricas tetas, hum hum, eres riquísima, hum hum... -me sentía paralizada, mi corazón latía a 100, y a medida que chupaba más mis tetas (no podía evitar que me gustara la palabras tetas), sentía como un calorcito invadía todo mi cuerpo, nunca mi esposo me había hecho estas cosas. - no doctor no siga, no sea malo, no no noooo… -sentí una electricidad en todo mi cuerpo, el bandido no había perdido el tiempo y no me había dado cuenta que había metido una mano debajo de mi falda y de mi trusa, y un dedote ya se había metido en mi vagina, y sentía como si hubieran echado aceita daba vueltas dentro de mi conchita -no no eso no sáquelo, no sea malo saqueloooo... -él no me hacía caso y seguía, una vuelta y otra vuelta, me mareaba y era como un fuego que invadía todo mi cuerpo. -que rica conchita julita, y estas gozando, estas mojadita, que rica que rica, estas para más. Y sin más sentí como un segundo dedo acompañaba al primero y juntos comenzaron a dar vueltas dentro de mí. (Continuará). 
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